Cuando logró conectar, la mujer se sorprendió mucho por aquel contacto, pero le dijo que no tendría inconveniente en recibirla. Kanja no esperó un minuto más y se apresuró a llevar a cabo aquel plan. Estaba muy nerviosa y tenía miedo de que la situación de tensión la hiciera cometer algún error y esta vía también se le estropease. Al llegar a lo alto del ascensor, volvió a conectar con ella y recibió instrucciones para que fuera a verla a su despacho. Cuando llegó allí, fue recibida cordialmente, pero en seguida la comandante puso un gesto de reflexión, intentando recordar algo.
–Un momento –dijo–, tú eres del GSU1, ¿no?
–Sí, soy un cuervo, como se nos conoce habitualmente.
Milenka levantó una ceja, sorprendida por la franqueza de aquella respuesta.
–Bueno, pero veo que no llevas uniforme, por lo que supongo que esta visita no es oficial, ¿verdad?
–Depende de cómo se mire. Está relacionada con una misión que me han encomendado, pero tienes razón, ahora no estoy de servicio y he venido para hablar de mujer a mujer.
–No comprendo…
–Verás, es una situación complicada, pero me gustaría que esta conversación no trascendiese fuera de aquí.
Milenka asintió, animándola a continuar.
–Tengo la misión de llevar a un hombre a Lïmpa –prosiguió Kanja–. Pero la situación física y mental de ese hombre es muy delicada y anteriormente fue también maltratado por alguien de mi servicio…
–Espera, espera –interrumpió Milenka–. ¿No me irás a decir que has sido tú quien trajo a ese tipo que ha hecho que mi mitad pierda el juicio?
La expresión “mitad” que había empleado era la habitual entre las parejas de Aspirantes, como lo eran también Kanja y Niilja.
–¿Qué quieres decir con que ha perdido el juicio? –preguntó Kanja alertada.
–No sé qué mierda le ha hecho a Issanka, pero se ha marchado de su puesto sin decir dónde, ¡ni siquiera a mí!, y ha desaparecido con ese maldito cabrón.
–¿Cómo? –Kanja no podía dar crédito a lo que oía.
–Sí, como lo oyes. Issanka se ha escapado con ese desgraciado y nadie sabe dónde se han metido.
Milenka estaba enfurecida y daba la sensación de que cualquiera que se pusiera en su camino podría ser machacado, lo que era muy preocupante dada su altura y su corpulencia. Kanja se dio cuenta de que la tenía que poner en antecedentes para que sus conclusiones no fuesen erróneas.
–Verás, la mente de ese hombre está muy dañada y no es capaz de distinguir lo que está bien o mal. Además está muy enfermo y padece un sufrimiento casi inaguantable.
–Pero entonces, ¿qué tiene que ver Issanka en este tema?
–Ella lo conoció hace unos días y, como te dije, él había sido maltratado…
–¿Kare? –interrumpió Milenka–. ¿Kare Osjin es el hombre del que me estás hablando?
–¿También lo conoces? –preguntó Kanja muy sorprendida.
–¡Vaya! Ahora entiendo. Pero, ¡sois unos verdaderos hijos de puta! Lo habéis machacado y desquiciado y, ¿ahora pretendéis terminar con él?
El visible enfado de Milenka estaba aumentando peligrosamente, aunque había cambiado de objetivo, centrándose ahora en Kanja.
–Escucha, por favor –intentó defenderse ésta–, no es nada de lo que piensas.
–¡Malditos cuervos! ¿Tienes la desfachatez de acudir a mí para perder a ese hombre y, de paso a mi Issanka por ayudarlo?
–¡Basta ya, por favor! –replicó Kanja gritando–. ¡Déjame explicarte todo el asunto y no me eches sin escucharme, como hizo tu mitad!
Milenka se sorprendió mucho por aquella reacción, ya que no estaba acostumbrada a que nadie se atreviera a gritarle de aquella manera. Pero pareció no tomárselo mal al ver la desesperación de Kanja.
–Bueno, bueno, no perdamos los nervios. Te daré una oportunidad de explicarte, pero te advierto que no tengo demasiada paciencia con la gente que pretende engañarme. Si creo que me estás intentando colar alguna bola, te aseguro que te vas a arrepentir, pelirroja.
–Es una situación muy especial y, si te doy absolutamente todos los detalles, la vas a considerar increíble. Así que te ruego que confíes en que lo que te voy a contar es completamente cierto, aunque haya detalles que no estoy autorizada a revelar.
Milenka torció el rostro, dejando entrever que la explicación no estaba comenzando bien, pero la dejó continuar.
–Es cierto que alguien, desde mi servicio, se extralimitó y maltrató a Kare, pero yo no estuve implicada en ese detestable episodio. Según parece, cuando llegó al dominio de Issanka, tuvo sus más y sus menos con los responsables de aquello, y ella se encargó de curar y cuidar bien de él hasta que se vio obligada a devolverlo al control del GSU. Sin embargo, lo que sucedió posteriormente con él no guarda relación con nuestras responsabilidades. Enfermó gravemente y su aspecto se tornó lamentable en muy poco tiempo, haciendo parecer que había sido torturado. Pero te repito que su aspecto se debe a algo natural y que no fue por maltrato nuestro. Mi misión consistía en hacer que volviese a Lïmpa, donde sería tratado para curarlo de sus males físicos y mentales pero, al encontrarnos con Issanka, ella interpretó mal la situación y se indignó ante el engañoso aspecto de Kare. Entonces, no quiso escucharme y me expulsó de la estación, arrebatándome la jurisdicción sobre él.
–No me creo una palabra de lo que dices, zorra. Es lo más ridículo que me han hecho tragar nunca y te doy un minuto para que desaparezcas de mi vista o lo vas a lamentar.
–¡Pero es la verdad! Issanka se negó también a creerme y ni siquiera me permitió explicarme, pero necesito que esta situación se solucione como estaba previsto, por el bien de Kare; y convendría que Issanka no se interpusiera en este tema porque solo puede perjudicarlo más a él y hasta puede afectarla indirectamente a ella. Si la quieres como creo que lo haces, tienes que intentar convencerla de que lo que estoy haciendo es por el bien de todos.
–¿Aún sigues ahí, pelirroja? Te advierto que no te conviene que me enfade.
–Está bien, me marcharé, pero te pido que reflexiones bien este asunto y contactes con Issanka en cuanto te sea posible para que te cuente el estado lamentable de la mente del pobre Kare. Si nos entretenemos demasiado antes de curarlo, posiblemente cuando queramos reaccionar sea demasiado tarde y lo vamos a lamentar todos.
Y, encaminándose a la salida, se le escapó decir en voz baja:
–Sobre todo yo.
Creyó que Milenka no la había escuchado, pero no había sido así.
–Un momento, pelirroja.
Kanja se dio la vuelta sin comprender aquel cambio.
–¿Es que tú lo quieres?
–Sí –reconoció, bajando la cabeza.
Milenka entrecerró los ojos mientras reflexionaba.
–Vale, te concederé el beneficio de la duda. Intentaré hablar con Issanka y, si lo logro y lo que me cuente ella me cuadra, me pondré en contacto de nuevo contigo para ver cómo podemos solucionar este tema molesto de una vez por todas. Pero no te creas que me has convencido. Si me entero de que esto es una artimaña, te aseguro que te buscaré, te encontraré y acabaré contigo, aunque me cueste tener que acabar en un poblado de bastardos.
–Gracias por escucharme –fue lo único que acertó a contestar Kanja antes de marcharse.
***
Pasó otra semana y seguía sin noticias de nadie, ni de Freditt ni de Milenka. Había vuelto a caer en la misma situación que aquella vez en la que había echado a Kare de su apartamento y se le habían quitado las ganas de cualquier cosa. Llevaba todo este tiempo sin hacer absolutamente nada, sentada en aquella habitación sin salir, pasando las interminables horas mirando al vacío, sin siquiera ganas de asearse y hasta a ella misma le daba asco de su propio olor. Pero le daba igual; era un castigo adicional que se auto infligía para hacerla sentirse peor consigo misma, por fracasada y estúpida. Pero, pasados todos estos días, decidió que era hora de hacer algo distinto. No servía de nada quedarse allí esperando mientras la comía la miseria. Pensó que la espera sería igual de efectiva, o inefectiva, si lo hacía allí o en su propio apartamento, por lo que decidió que era el momento de volver a la Tierra. Sin ningún tipo de ganas, se preparó para el aseo y, cuando estaba en medio de ello, recibió una solicitud de conexión mental.
–¡Vaya, justo ahora que estoy desnuda! –dijo para sí en voz alta.
Se dio cuenta de que venía de Milenka y se apresuró muy nerviosa a alcanzar una tira de ropa y se la puso a toda prisa antes de acceder a la conexión.
–¡Milenka! –dijo cuando apareció su imagen delante de ella, como si realmente estuviese allí.
–Comandante Krott –respondió la otra con gesto severo.
–Sí, disculpe, comandante. ¿Alguna novedad?
–Se requiere su presencia lo antes posible en la estación superior del ascensor lunar. Usted sabe dónde encontrarme. Un asunto importante hace necesario que tengamos que vernos en persona.
–Acudiré inmediatamente –respondió Kanja.
Aquello era muy extraño. ¿Por qué esa formalidad excesiva en la conexión? No quería hacerse ningún tipo de ilusiones, pero estaba segura que tenía que estar relacionado con la espantada de su mitad, Issanka, y con el posible paradero de Kare. Se dio cuenta de que ni siquiera se había peinado para la conexión y procedió a ello antes de salir hacia la cita, partiendo inmediatamente, como si le fuera la vida en ello. El trayecto hasta lo alto del ascensor espacial se le hizo eterno, aunque intentaba prevenirse de que había una posibilidad de que las noticias que recibiera no fuesen lo que ella esperaba pero, aun así, era la única puerta abierta a la esperanza que tenía y se agarraba a ella como a un clavo ardiendo.
Por fin, llegó a la estación y se dirigió inmediatamente al despacho de Milenka. Solicitó acceso mentalmente y enseguida se le permitió el acceso.
–Has llegado rápido, pelirroja. Se ve que realmente estás muy interesada en resolver tu problema…
Le dieron ganas de devolverle la pelota, diciéndole que la llamase por su nombre completo y rango, dándose cuenta en ese mismo momento que realmente le debía un respeto, mucho mayor que el que la mujer le dispensaba, por pertenecer a los Elegidos, pero lo dejó pasar.
–¿Hay alguna novedad? –preguntó, mientras intentaba dominar los nervios.
–En cierto modo…
–Por favor, me gustaría que fueras menos críptica y me dijeses para qué me has llamado.
–Tras muchos esfuerzos, he logrado contactar con Issanka. Está escondida en un paraje apartado de la Tierra y no atiende a razones. He conseguido determinar las coordenadas de su paradero, pero no puedo acudir allí. Bastantes problemas estoy teniendo intentando que no trascienda la escapada de sus responsabilidades para desaparecer yo misma.
–Y me necesitas para que la haga regresar al redil, ¿no?
–Me cuesta admitirlo, pero estás en lo cierto…
–Y, ¿desde cuándo sabes su paradero?
–Desde hace tres días…
–¡Tres días! –Kanja no pudo evitar interrumpirla gritando–. ¿Cómo no me avisaste enseguida?
–Porque todavía no me fiaba de ti. Pero deduzco por tus reacciones que debe ser cierto lo que me has contado. Y tengo que reconocer que tampoco me queda otra opción que confiar en ti para que hagas que Issanka deje de hacer el gilipollas y vuelva de una maldita vez.
Milenka le proporcionó las coordenadas que había conseguido con mucho esfuerzo y, al verlas, Kanja se quedó sorprendida. No estaba segura, tendría que confirmar ciertas sospechas que acababan de aflorar, pero tuvo la impresión de que aquello no podía ser casual.
***
Decidió que no tenía sentido esperar más y que tenía que partir inmediatamente hacia aquel lugar. Claro que también estaba tan desesperada que necesitaba ir antes de que algo más se volviese en su contra y perdiera otra oportunidad verdaderamente única; después de haberse pasado casi cinco años detrás del paradero de Kare y, habiéndolo perdido de nuevo cuando ya lo tenía con ella, hizo que no deseara que se le volviese a esfumar otra vez por no estar suficientemente rápida. Se fue hacia la sala de espera del transbordador y se encontró que faltaba menos de una hora para que éste saliese. Era una suerte, para variar y, además, podía dedicar este tiempo breve de espera para confirmar sus sospechas. Buscó en la conexión mental un mapa de la Tierra en la que poder encontrar los lugares por coordenadas y sonrió al comprobar que había estado en lo cierto desde que recibió aquella información. Todo volvía a adquirir sentido.
Sin embargo, la alegría le duró poco. Solo un rato después, volvió a recibir una solicitud de contacto. Pero esta vez no fue agradable para ella o, al menos, no llegaba cuando ella la había necesitado de verdad. Le comunicaban que la audiencia que había solicitado con Freditt había sido finalmente aceptada y que debía acudir al día siguiente sin falta. Kanja tuvo que contenerse ante el petimetre que le estaba dando estas indicaciones, habiéndola hecho esperar dos semanas para tratar un asunto que ella había solicitado con urgencia y viéndose obligada a usar mecanismos que estaban precisamente establecidos para situaciones de suma gravedad. Y, ante la cara de incredulidad de su interlocutor Kanja se arriesgó a decirle que ya no deseaba aquella entrevista.
–¡Pero no se puede cancelar una audiencia con un miembro del Consejo! –dijo aquel burócrata estúpido.
–¿Acaso ha sido Freditt quien me ha ordenado que acuda?
–No, ha sido usted quien lo ha solicitado pero…
–Pues ahora no lo necesito –interrumpió Kanja bruscamente–. Si le hubiesen comentado que el asunto era muy urgente, ella me habría atendido sin tanta espera. Ahora ya no tengo nada que tratar con ella y seguramente agradecerá que no la importune en una situación que ya no requiere su intervención.
–Pero…
–Bueno –volvió a interrumpir–, si lo prefiere, puedo acudir a la entrevista y le digo que los incompetentes que filtran sus audiencias han hecho que algo inevitable haya acabado ocurriendo y que ahora tengo que molestarla cuando ya todo es inútil…
–No… Bueno… No hace falta –dijo el tipo, bastante asustado ante la seguridad de aquellas amenazas veladas–. Se anula la audiencia y nos evitamos problemas…
1. GSU: Grupo de Seguridad Unificado
"Yes, I'm a raven, as we're commonly known."
"It depends on how you look at it. It's related to a mission I've been assigned, but you're right, I'm off duty right now and I came here to talk woman to woman."
"I don't understand..."
"You see, it's a complicated situation, but I'd like this conversation to stay within reach."
"Wait, wait," Milenka interrupted. "You’re telling me it was you who brought that man who made my half lose her mind?"
"I don't know what the hell he did to Issanka, but she left her post without saying where, not even to me! And she disappeared with that damn bastard."
"What?" Kanja could not believe what she was hearing.
"Yes, just like you heard. Issanka ran away with that wretch, and no one knows where they've gone."
"But then, what does Issanka have to do with this?"
"She met him a few days ago, and, as I told you, he had been battered..."
"Kare?" Milenka interrupted. "Is Kare Osjin the man you're talking about?"
"You know him too?" Kanja asked, very surprised.
"Damn! I understand now. You're real sons of bitches! You've crushed him and driven him crazy, and now you're trying to finish him off?"
"Damn ravens! You have the cheek to come to me to lose that man, and my Issanka, for helping him?"
"Please stop!" Kanja shouted. "Let me explain the whole thing to you, and don't throw me out without listening, like your half did!"
"It's a very special situation, and if I give you absolutely every detail, you'll find it unbelievable. So please trust that what I'm about to tell you is completely true, even if there are details I'm not authorized to reveal."
"I don't believe a word you're saying, bitch. This is the most ridiculous thing I've ever been forced to swallow, and I'm giving you one minute to get out of my sight or you'll regret it."
"But it's the truth!" Issanka also refused to believe me and didn't even let me explain, but I need this situation to be resolved as planned, for Kare's sake; and it would be wise for Issanka not to interfere in this matter because it could only harm him further and could even indirectly affect her. If you love her, as I think you do, you have to try to convince her that what I'm doing is for the good of everyone.”
"Are you still there, redhead? I'm warning you, it's not in your interest for me to get angry."
"Fine, I'll go, but I ask you to think this matter over carefully and contact Issanka as soon as possible so she can tell you about poor Kare's sorry state of mind. If we delay too long before healing him, it may be too late by the time we want to react, and we'll all regret it."
"Yes," she acknowledged, lowering her head.
"Thank you for listening," was all Kanja managed to reply before leaving."
"Commander Krott," the woman replied with a stern expression.
"Yes, excuse me, Commander. Any news?"
"Your presence is requested as soon as possible at the upper lunar elevator station. You know where to find me. An important matter makes it necessary for us to meet in person."
"I will come immediately," Kanja replied.
"In a way..."
"Please, I'd like you to be less cryptic and tell me why you called me."
"After much effort, I've managed to contact Issanka. She's hiding in a remote part of Earth and won't listen to reason. I've managed to determine the coordinates of her whereabouts, but I can't go there. I'm having enough trouble trying to hide her getaway from her responsibilities so that I myself can disappear."
"And you need me to bring her back into the fold, right?"
"I find this hard to admit, but you're right..."
"And how long have you known her whereabouts?"
"For three days..."
"Three days!" Kanja could not help but interrupt her, shouting. "Why didn't you tell me right away?"
"Because I still didn't trust you. But I can tell from your reactions that what you told me must be true. And I have to admit I have no choice but to trust you to make Issanka stop being an asshole and come back already."
“Was it Freditt who ordered me to come?”
“No, it was you who requested it, but…”
“Well, I don't need it now,” Kanja interrupted sharply. “If you had told her the matter was very urgent, she would have seen me without delay. I have nothing to discuss with her now, and she'll surely appreciate me not bothering her in a situation that no longer requires her intervention.”
"But..."
"Well," she interrupted again, "if you prefer, I can attend the interview and tell her that the incompetents who filter her hearings have made something inevitable happen, and now I have to bother her when everything is already pointless..."
"No... Well... There's no need," said the guy, quite scared by the assurance of those veiled threats. "The hearing is canceled, and we avoid problems..."
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