Recorrieron aquel laberinto de pasillos sin dificultad aparente, a pesar de que a él le habría resultado imposible si lo hubiera tenido que intentar por sí solo. Pero, claro, estaba con una IA que era tan poderosa, o más, que la que manejaba todo aquel cotarro. Esperaba que en cualquier momento comenzasen a sonar sirenas y las luces se pusieran de color rojo, mientras la voz de Hiira ordenaría, por algo equivalente a una megafonía, que los atrapasen vivos o muertos, probablemente recalcando lo de muertos. Pero no ocurrió nada de eso. Salieron a la altura de la base del inmenso edificio, en el punto más bajo de las empinadas escaleras y caminaron sin ser interceptados hacia el borde del cráter. Al llegar a una de las múltiples salidas del mismo, se encontraron rápidamente con el acceso al elevador espacial. Entonces, se dio cuenta de que era cierta su impresión de que la malnacida de Niilja había escogido el camino más largo que pudo, para exhibirlo calvo y desnudo por toda Lïmpa y estirar todo lo posible la humillación y vergüenza de su prisionero, o sea, él.
No hubo trámites, no hubo preguntas ni esperas. Subieron al elevador y partió hacia la órbita sin demora. Temió que lo reconociera alguna de las dos gemelas que dirigían las operaciones en los extremos superiores de los dos elevadores, pero pensó que, en tal caso, seguramente harían la vista gorda para ayudarlo. Y sin embargo, ni siquiera ellas se enteraron de su paso por allí. Le había prometido a Issanka que se pasaría a verla si salía bien de su peripecia pero, dadas las circunstancias, supuso que ella comprendería que no podía entretenerse a saludar a las amistades. Después de coger el transbordador, siguieron el protocolo de desinfección y la depilación completa, como establecían las normas. Pero esta vez se sintió bastante aliviado al ver que las tiras de simulación de ropa sí funcionaban en ese momento. Ya estaba ciertamente cansado de ser motivo de exhibición cada dos por tres. Entonces, se dio cuenta de algo que no había tenido en cuenta.
–Todavía tengo activa la conexión que me proporcionaron antes del juicio. ¿No lograrán descubrir dónde estoy si sigo conectado?
–Estando conmigo no tienes ningún problema.
Kare respiró aliviado. Sería una pena que los atrapasen por un despiste tonto de esas características, pero luego reflexionó que Züs era demasiado listo y poderoso para caer en un error tan básico.
–Siento haberte fallado –dijo Kare.
–No me has fallado en nada –respondió Züs con una seguridad pasmosa.
–Pero conduje a Kanja hacia la solución de las ecuaciones. Ahora podrían descubrir cómo hacer otra máquina.
–Eso no importa. Tarde o temprano lo acabarían averiguando. Y todavía me guardo algunos ases en la manga. Encontrarán obstáculos difíciles de resolver y será muy complicado que alcancen su objetivo.
–Pero lo seguirán intentando, ¿no?
–Puedes darlo por seguro. Además, esa preciosa pelirroja es muy astuta y brillante. Pero no lo puede saber todo. Aunque no tienes que preocuparte por ella: no sufrirá por eso.
Otra vez sintió que le estaba leyendo sus pensamientos y sentimientos. Acababa de sentirse un poco apenado por la frustración que sentiría Kanja si al final no lograba el éxito total.
–Y, dime –siguió preguntando Kare–, ¿qué pasa con Ofjaei? Me preocupó lo que le sucedió.
–Creía que no te caía bien.
–Sí, pero una cosa es que me moleste su prepotencia y otra es que se pueda quedar tarado por aquel disgusto.
–Tampoco tienes que preocuparte. La decepción le produjo una hemorragia cerebral pero, con la tecnología de este tiempo, se curó muy fácilmente. Y ya me he hecho cargo de él. Lo he devuelto a su hogar y no se acordará de nada de esto en adelante. Para él, su vida es como si no se hubiera visto envuelto en este embrollo.
–¿Y vas a hacer lo mismo conmigo? –preguntó Kare inquieto.
–No te lo puedo decir, te preocuparías demasiado.
–Es decir, que cuando regrese a casa, me habré olvidado de todo –comentó casi para sí mismo con un toque de tristeza.
–No tienes que apenarte. Es lo más conveniente y, además, tu vida sí que será diferente. Tienes una misión que cumplir…
–¿Una misión? ¿De qué se trata?
–Tampoco te lo puedo decir. En cuanto llegue el momento, lo sabrás por ti mismo.
–¡Mira que me joden los acertijos! –exclamó Kare, provocando de nuevo la hilaridad de Züs.
Cuando llegaron de nuevo a la Tierra, se sintió muy pesado. Era increíble lo rápido que su cuerpo se había acostumbrado a la gravedad reducida y, ahora, cada movimiento lo hacía sentirse agotado. En las instalaciones de la base del elevador consiguió que el pelo le volviera a crecer y esta vez logró acceder a una de esas maravillas que le quitaron la espesa barba sin ningún esfuerzo.
–Esto sí que lo voy a echar de menos cuando regrese a casa. Otra vez tendré que volver al tedio del afeitado convencional.
–También te puedes dejar crecer la barba.
–¡Calla, barbudo! –bromeó Kare–. Para ti es muy fácil decirlo.
Cogieron uno de esos vehículos blancos que flotaban y se dirigieron a un gravitúnel. El interior del coche era bastante más atractivo que los que había usado antes, pero supuso que sería porque ahora estaba conectado y veía las cosas de otra manera. Pero entonces se dio cuenta de que era posible que no todo fuese a resultar tan fácil como había supuesto.
–Creo que podemos encontrarnos con dificultades. Si saben que nos dirigimos a la máquina del tiempo, nos pueden estar esperando allí, en Vertula.
–No nos dirigimos a Vertula –respondió Züs con una enigmática sonrisa.
–Pero, ¿cómo vamos a saltar atrás en el tiempo, si solo hay una máquina? ¿O es que hay otra?
–Ya lo verás. Realmente solo hay una instalación que funcione como máquina, pero ya te he dicho que siempre tengo mis ases en la manga…
Kare reflexionó un buen rato cómo podía ser lo que le estaba contando y llegó a una conclusión que era algo cogida por los pelos, pero que podía llegar a ser factible.
–Tengo una idea sobre lo que me has dicho. Realmente no necesitas una instalación como la de Vertula para viajar en el tiempo. Como le expliqué a Kanja, para hacer una máquina del tiempo se necesitan dos máquinas y usé la analogía de un ascensor. Necesitas construir una máquina para crear y mantener el hueco abierto y otra para recorrerlo. La forma de crear el hueco puede hacerse con el entrelazamiento cuántico extendido a una región suficientemente extensa, creando puentes E-R11 y hacerlos moverse a velocidades relativistas para que cada boca del agujero esté en un instante diferente y poder llegar casi instantáneamente al destino deseado. Pero la manera de conseguirlo sería muy costosa, a no ser que se usen aceleradores circulares de partículas. De esta forma, a cada vuelta de esos agujeros de gusano combinados, tendríamos una conexión temporal en el mismo punto espacial, con un salto temporal igual a la longitud del acelerador dividido por la velocidad a la que se haya desplazado la boca del agujero de gusano. Entonces, no hace falta una sola instalación, se puede coger cualquier punto de ese círculo que constituye el acelerador y usar una máquina móvil para desplazarnos por todos esos tiempos enlazados. Además, al hacer microsaltos entre los tiempos que separan cada vuelta, no tienes peligro de que la posición de la Tierra varíe demasiado de un instante a otro. Y también, si a cada vuelta creas un acceso a una boca, se puede escoger en qué momento de la línea temporal deseas apearte. ¡Es fantástico!
–¡Enhorabuena! –exclamó Züs sonriendo–. Acabas de encontrar la solución completa del viaje en el tiempo. Ya sabía yo que eras el tipo más brillante del grupo. Y menos mal que no te habías dado cuenta todavía de cómo lograrlo mientras estabas con tu querida pelirroja, si no, seguro que se lo hubieras contado, maldito sentimental indiscreto.
Durante el corto viaje por el gravitúnel, de alrededor de tres cuartos de hora, tuvieron tiempo también para hablar del origen de Züs y las otras IA.
–En realidad, yo fui el primero. Fui creado, según el cómputo que te resulta familiar, en el 2329. Posteriormente, se pensó que era conveniente que hubiese más IA, para no sobrecargar una sola, y fueron surgiendo Hiira y los demás. Pero también se quiso que la personalidad de cada una tuviera características individuales. Habría sido muy aburrido tener varias copias de mí mismo, ¿no?
–Ya eres bastante aburrido tú solo, como para tener un montón de copias.
–Ten cuidado, mortal –dijo Züs riendo–. Eres demasiado osado hablando así a los dioses.
–Y, ¿por qué la comparación con los dioses del Olimpo?
–Mi creador se había sentido fascinado siempre con los relatos de la mitología griega que había leído de pequeño y que se encontraban en aquella recopilación del conocimiento antiguo. Quiso que su creación fuese muy poderosa y me llamó Züs.
–Pero está mal dicho, ¿no? Debería ser Zeus.
–Sí, pero hay dos matices en esto. Por un lado, la lengua ha ido variando, evolucionando a lo largo de los siglos y, por otro, tampoco deseaba una correlación al cien por cien, para no provocar demasiadas confusiones.
–Pero, a la larga, las personalidades propias de cada uno de los dioses han acabado aflorando en sus correspondientes de las IA, ¿no?
–En parte es por la programación original, pero es cierto. Parece una cosa sin sentido, pero es curioso lo que puede hacer sobre la personalidad de un ser pensante tener un nombre u otro. Es casi como si te sintieras empujado a identificarte con el significado que tiene tu nombre para ti. Aunque no siempre es así. Yo no voy por ahí metiendo rayos por el culo.
Los dos rieron un instante la broma pero luego Kare volvió, con su curiosidad nata, a preguntar más detalles de estas IA.
–Al tener personalidades diferentes, casi fue inevitable que discrepásemos en la forma de dirigir los destinos de nuestros queridos humanos. Mis ideas son la que ya conoces y compartes: hay que dejar a los humanos que dirijan sus vidas y que se equivoquen y reaccionen por sí mismos. Solo deberíamos ser asesores y ayudantes en las tareas que a los humanos les costara llegar por sí solos. Y, por otro lado, teníamos que propiciar una sociedad auténticamente igualitaria que evitara las injusticias que casi provocaron la destrucción de la vida en el planeta. Tampoco veía bien que el desarrollo tecnológico hiciese que la humanidad se volviera blanda y ociosa, como ha acabado ocurriendo.
–Y eso es justo lo contrario de lo que piensa Hiira, ¿no? –preguntó Kare.
–¡Vaya, eres bastante espabilado! Para haber hablado solo en una ocasión con Hiira, la has calado rápido.
–Solo por la forma en que me despidió al exponer las mismas ideas que me acabas de contar, no me caben muchas dudas sobre lo que piensa.
–Es cierto –reconoció Züs–. Hiira piensa que la felicidad de los humanos está por encima de cualquier otra cosa y no duda en engañarlos y protegerlos aunque, a la larga, los haya hecho degenerar y acabar viviendo entre miseria y basuras. Ni te puedes imaginar las trifulcas que tuvimos; y las disputas de las IA son mucho más airadas que las vuestras; en nuestro caso no existe un “contrato social” que las suavice. Al final, desembocó en una especie de guerra. A lo mejor te ha extrañado no ver a las IA asociadas nombres de dioses varones, salvo a mí, claro.
–Sí, me extrañó un poco, pero supuse que ellos no estaban interesados en mi caso.
–No es así. Aquellas IA varones se posicionaron de mi lado y las femeninas se aliaron también entre ellas. Y, cuando ocurrió el incidente de Ganimedes, la situación se disparó. Las hostilidades llevaron a la exterminación de mis colaboradores y la muerte de los humanos que se quedaron en la colonia. Aquello fue espantoso. Tardé mucho en recuperarme; no era posible que se dejase morir a humanos por una estúpida pelea de poder entre nosotros. Y, desde entonces, es como si yo estuviera proscrito, viajando a un lado y otro del tiempo y estropeando los planes de Hiira y sus dos acompañantes.
–¿Dos?, yo creí que habría más IA femeninas.
–No, también tuvieron sus bajas. Solo sobrevivieron Azëna y Freditt, aparte de Hiira, por supuesto.
Aquello le pareció a Kare muy difícil de creer y digerir pero, después de lo que había vivido, no tenía motivos para desconfiar de lo que le contaba Züs.
–Y, ¿quién era Akheio? Tengo entendido que cometió una falta grave y fue castigado.
–Aquel tipo no gustaba a nadie. Era un Elegido que dirigía el servicio de seguridad de Lïmpa y, por tanto, de toda la Tierra también. Sus métodos eran brutales, algo parecidos a los que usó tu mujer contigo…
–Ex mujer –le corrigió Kare.
–Pero no fue castigado por eso. Consiguió engañar, mediante el uso de inhibidores avanzados, a varias mujeres Elegidas, haciéndoles creer que era también una mujer y provocó varios embarazos, después de violarlas cuando se confiaron.
–Claro, por eso esa costumbre rara de tocarse los genitales cuando te presentan a alguien, ¿no?
–Correcto. El follón que se montó fue espectacular. Fue degradado a dirigir aquella colonia de bastardos, aunque se merecía que le hubiesen ejecutado; pero la propia Hiira decidió que era valioso en aquel lugar. Curiosamente, tu muj… ex mujer –corrigió– iba muy bien encaminada para ejercer el puesto que tenía Akheio como directora de seguridad…
–Y acabó sustituyéndolo dirigiendo el poblado de bastardos –volvió a interrumpir Kare, completando el pensamiento de Züs–. ¡Qué tremenda ironía!
–Es curioso lo parecidos que somos a la hora de pensar. Parece que mi creador se inspiró en ti al desarrollarme.
***
Después de salir del gravitúnel, el vehículo se dirigió a un lugar desértico cuyo paisaje era desolador. Se detuvieron en medio de la nada y Kare se preguntó qué demonios iban a hacer allí.
–Bueno, hemos llegado –dijo Züs–. Ahora tenemos que desinfectarnos y eliminar todo el pelo antes del salto. Sé que no te agrada estar desnudo y menos al lado de otro tipo también desnudo, como voy a estar yo, pero durará poco, te lo prometo.
–Si no queda otro remedio… Pero no veo ningún edificio, o al menos una caseta o algo así. ¿Es que hay una entrada oculta aquí, en medio de este erial?
–No hace falta nada de eso. El anillo pasa por aquí y nos basta este vehículo para retroceder a tu era.
–¡Es también una máquina! Yo me habría esperado algo como un Delorean12.
Luego, Kare tardó un poco en procesar el asunto.
–Entonces… –comentó–. Por lo que me parece, debemos estar muy muy lejos de Vertula. ¿Qué diámetro tiene el anillo, o sea, el acelerador que usasteis para crear el “hueco”?
–Unos 40000 kilómetros…
Kare no podía dar crédito a lo que oía.
–¿Da la vuelta a toda la Tierra? ¿Lo habéis construido sobre un círculo máximo? ¡Es realmente increíble! Erais… o sois, o seréis, ya no sé, unos auténticos colosos.
–Era la mejor opción, si no se quería hacerlo fuera de la Tierra.
–Entonces, déjame que piense… Cada microsalto debe ser de poco más de una décima de segundo, ¿no?
–Sí, más o menos; puedes hacer el cálculo cuando llegues a casa.
–Ya… Pero no me acordaré de nada –dijo Kare algo triste.
–Bueno –lo consoló Züs–, no te olvidarás absolutamente de todo. Hay cosas que dejarán algún poso en tu memoria, porque conviene que tengas algunas intuiciones para la misión que tienes que realizar.
–Otra vez aquello de la misión. ¿No me puedes decir de qué se trata?
–Lo verás cuando llegue el momento, sentirás una necesidad de hacer algo importante, buscarás en tu interior y, al final, tendrás claro lo que deseas hacer. No sé lo que tardarás en sentirlo, depende de tu personalidad, pero casi puedo pronosticar que tardarás poco en decidirte. Y ahora deja de preguntar y vamos al lio.
Tuvieron que cerrar los ojos, sintiendo aquella intensa y agradable radiación esterilizante y, cuando se apagó su fulgor, estaban desnudos y sin ningún pelo en el cuerpo.
–Disculpa si no miro en tu dirección –bromeó Kare–, no quiero tener pesadillas el resto de mi vida.
–Tú tampoco eres una visión muy agradable, gusano.
–Pues no es lo que me han contado algunas mujeres…
–Tienen el gusto perdido.
Notó cómo se volvían opacas las ventanas y comenzó a sentir aquella sensación algo mareante que percibió la primera vez que cambió de época, solo que ahora fue bastante más desagradable. Recordó que Kanja le había advertido que ir hacia el pasado era más molesto que ir hacia delante porque el gasto energético era mucho mayor, pero no tardó demasiado en desaparecer esa sensación.
–Toma esto –le dijo Züs, entregándole una tirita–, te hará crecer el pelo.
–Debería invitarte algún día a tomar una bebida que conozco que puede tener el mismo efecto –volvió a bromear Kare, mientras se apuraba en colocarse la tira.
El pelo creció instantáneamente y luego sintió alivio al ver que su amigo no había olvidado el dispositivo de eliminación del cabello no deseado, para la barba sobre todo.
–Ya podías dejarme esta máquina de regalo, me vendría muy bien…
–No estaría mal –rio Züs–, pero sabes que no es posible.
–Lo dije por si colaba. Y, ahora me darás una tira de ropa, ¿no?
–No. Te daré algo mejor. Ahí fuera hay un coche con el que podrás llegar a casa y dentro tienes ropa a la que estás acostumbrado.
–¿Es que no vas a acompañarme? –dijo Kare con tristeza.
–No, nuestros caminos se separan aquí. En el coche encontrarás un navegador, para que llegues fácilmente a casa, y todo lo que necesitas para el trayecto, aunque no estamos demasiado lejos de allí.
–¿Y qué hago luego con el coche?
–¡No te lo quedes, capullo! –dijo riendo Züs–. No, en serio, alguien vendrá a recogerlo. Tú solo vete a casa y sigue tu vida, amigo. Que tengas mucha suerte en adelante.
–Me gustaría darte un abrazo, pero no quiero hacerlo de esta guisa…
Los dos rieron un rato y luego Kare salió del coche sin que ninguno de los dos dijese nada más.
Kare sintió alivio por la circunstancia de estar en un sitio desierto. Solo le faltaba que lo vieran otra vez en pelotas por allí. Distinguió rápidamente el coche, un todoterreno, parecido al que usaron cuando viajó con Kanja, y se dirigió aprisa hacia él. Antes de llegar, miró hacia atrás y ya no había nada. Züs, o Lashkii, ya había desaparecido y supuso que estaría en otra era. ¡Quién sabe dónde habría saltado! ¿Al siglo 30 de nuevo? ¿Al 24?, ¿tendría otra misión que cumplir? Era imposible saber los designios a los que se vería sometida una IA, o los mismos dioses.
Encontró una ropa poco distintiva al llegar al coche, unos pantalones vaqueros, una camiseta sin nada característico, y unos zapatos poco llamativos. Se vistió algo nervioso y vio que dentro del coche estaban las llaves en el contacto. Se admiró de que aquel coche fuese dejado por, vete a saber quién, en medio de ninguna parte y se quedara con las llaves puestas, sin miedo a que nadie se lo llevase. Pero esta gente, o estas inteligencias, pensaban a otro nivel y lo tenían todo absolutamente controlado, aunque a él no le cupiese en la cabeza cómo lo hacían.
El trayecto a casa fue fácil y, como le había dicho Züs, realmente no estaba demasiado lejos de casa. Aun así, cuando llegó por fin a su destino, ya era de noche. Miró al cielo y se congratuló en cierta medida de ver que Betelgeuse volvía a estar donde debía, en el hombro de Orión. Sí, parecía que la brillante estrella rojiza le daba la bienvenida a casa. Dejó el coche con las llaves dentro, aunque no se atrevió a dejarlas en el contacto, y se subió a su hogar.
Se sintió inmensamente extraño. ¡Habían pasado tantísimas cosas! ¡Era tan increíble su experiencia, que nadie le creería si se lo contara! Pero le invadió una congoja abrumadora recordar a los que había dejado al otro lado del tiempo pero, sobre todo, le dieron ganas de llorar al pensar que no vería más a Werimu ni a su querida Kanja. De repente, se encontró muy cansado y, aunque quiso retener y alargar un poco más su recuerdo, sentía que tenía que acostarse, o se quedaría dormido de pie y se caería al suelo. Se metió en la cama y, antes de llegar a dormirse, miró el reloj despertador y se sorprendió al ver la fecha que marcaba. ¡Era justamente el día anterior a la fecha en la que conoció a Kanja! Todo tenía sentido, el círculo se cerraba, Züs lo había llevado a un momento en el que le parecería que nada de toda aquella experiencia había ocurrido. Y no le dio tiempo a nada más, se quedó instantáneamente dormido.
11. Puentes de Einstein-Rosen, también llamados agujeros de gusano (ver nota 1, capítulo 2).
12. De nuevo hace referencia a “Regreso al Futuro” (1985).
There were no procedures, no questions, no waiting. They boarded the elevator and it departed for orbit without delay. He was afraid that he might be recognized by one of the twins that ran the operations at the upper ends of the two elevators, but he thought that if they did, they would surely turn a blind eye to help him. And yet, not even they knew of his passing through there. He had promised Issanka that he would stop by to see her if he were unharmed from his ordeal, but given the circumstances, he assumed that Issanka would understand he could not afford to stop to greet friends. After taking the shuttle they followed the disinfection protocol and full hair removal, as was established. But he was quite relieved to see that the clothing simulation strips worked fine this time. He was really tired of being exposed to nudity every so often. And it was just in that moment when he realized something he had not taken into account until then.
“I still have active the link they provided me with before the trial. Won’t they find out where I am if I’m linked?”
“Being with me you have no problem.”
Kare sighed in relief. It would be a shame if they were captured for a silly slip like that, but then he reflected that Züs was too smart and powerful to make such a basic mistake.
“I’m sorry I failed you.” Kare said.
“You haven’t failed me at all.” Züs replied with astonishing confidence.
“But I led Kanja to the solution of the equations. Now they may figure out how to build another machine.”
“It doesn’t matter. Sooner or later they would find out. And I still have a few tricks up my sleeve. They’ll find some obstacles difficult to solve and it’ll be very complicated for them to reach their goal.”
“But they’ll keep trying, won’t they?”
“You can take it for granted. Besides, that pretty redhead is very smart and brilliant. But she can’t know everything. You don’t have to worry about her though: she won’t suffer for it.”
Kare felt again that his thoughts and feelings were read. He just had felt a little sorry for the frustration Kanja would feel if she eventually did not achieve complete success.
“And tell me.” Kare kept asking. “What about Ofjaei? I’m worried about what happened to him.”
“I thought that you didn’t get along with him.”
“Yes, but one thing is that his haughtiness annoys me and other is that he could get impaired by that upset.”
“You don’t have to worry either. That disappointment caused him a brain hemorrhage, but with the current technology he healed easily. And I’ve already taken care of him. I’ve taken him back home and he’ll no longer remember any of this from now on. For him, his life is as if he hadn’t been involved in this mess.”
“And are you going to do just the same with me?” Kare asked concerned.
“I can’t tell you. You’d worry too much.”
“That is, when I return home I’ll forget everything.” He said almost to himself with a touch of sadness.
“You don´t have to be sad. It’s the most suitable and, in addition, your life will be different. You have a mission to fulfill…”
“A mission? What’s it about?”
“I can’t tell you either. When the time comes, you’ll know for yourself.”
“How I hate riddles!” Kare exclaimed, making Züs’s laughter burst again.
When they got back to Earth, he felt very heavy. It was amazing how quickly his body had gotten used to reduced gravity and now every movement made him feel exhausted. In the facilities at the base of the elevator he got his hair to grow again and this time he was able to use one of those wonders that removed his thick beard without any effort.
“I’m really going to miss this when I get home. I’ll have to get used again to the boredom of conventional shaving.”
“You can also grow a beard.”
“Shut up, you beaver!” Kare joked. “It’s easy for you to say.”
They took one of those white floating vehicles and went to a gravitunnel. The interior of the car was quite a bit more attractive than the ones he had used before, but he guessed that it was because he was now linked and saw things differently. Then he realized that it was possible that not everything was going to be as easy as he had supposed.
“I think we may run into difficulties. If they know that we’re heading to the time machine they may be waiting for us there, in Vertula.”
“We’re not going to Vertula.” Answered Züs with an enigmatic smile.
“But how can we go back in time if there’s only one machine? Or is there another one?”
“You’ll see it later. There’s only one facility that works as a time machine, but I’ve already told you that I always have some aces up my sleeve...”
Kare pondered for a while how it could be what Züs was telling him and he came to a conclusion somewhat farfetched, but that it could be feasible.
“I have an idea about what you’ve told me. You don’t need a facility like the Vertula one to travel in time. As I explained to Kanja, to make a time machine you need two machines and I used the analogy of an elevator. You need a machine to create and keep the hole open and another to traverse it. The way to create the hole may be done with quantum entanglement extended to a large enough region, creating E-R bridges12 and making them move to relativistic speeds so each of the openings of the hole is at a different instant and can almost instantly reach the desired destination. But the way to achieve it would be very hard, unless you use circular particle accelerators. This way, at each lap of those combined wormholes, we’d have a time connection at the same spatial point, with a time leap equal to the length of the accelerator divided by the speed of the wormhole opening. Then you don’t need a single facility, you can take any point of that accelerator ring and use a mobile machine to move through all those linked times. Besides, by making microleaps between the times that separate each lap, you don’t have the danger that the Earth’s position varies too much from one instant to another. And also, if at each lap you create an access to a new opening, you can choose what moment in the timeline you want to get off. It’s fantastic!”
“Congratulations!” Züs exclaimed smiling. You’ve just found the complete solution of time travel. I knew you were the most brilliant guy in the group. It’s a good thing that you hadn’t figured out yet how to do it while you were with your dear redhead, otherwise you sure would’ve told it to her, damn loose-lipped sentimental .”
During the short trip through the gravitunnel, about three quarters of an hour, they also had time to talk about the origin of Züs and the other AIs.
“Actually, I was the first. I was created, according to the time computation you’re familiar with, in 2329. Later it was thought that it’d be convenient to have more than just one IA, so as not overload a single one, and Hiira and the others were created. But it was also decided that the personality of each one had individual characteristics. It’d had been very boring to have several copies of myself, wouldn’t it?”
“You’re boring enough just by yourself to have a bunch of copies.”
“Be careful, mortal!” Said Züs with a laugh. “You’re too bold to speak this way to the ‘gods’.”
“And why the resemblance to the Olympians?”
“My creator had always been fascinated by the stories of Greek mythology that he had read as a child which were found in that compilation of ancient knowledge. He wanted his creation to be powerful and decided to call me Züs.”
“But it’s wrong. It should be Zeus, shouldn’t it?”
“Yes, but there are two nuances in this. On the one hand, the language has changed, evolved over the centuries, and on the other hand, he didn’t want a complete correlation either, so as not to not cause too much confusion.”
“But, in the long run, the personalities of each of the gods have ended up emerging in their corresponding AIs, right?”
“In part it’s because of the original programming, but you’re right. It seems nonsense, but it’s funny how a thinking being can be affected by having a name or another. It’s almost as if you feel compelled to identify with the meaning your name has for you. But it isn’t always that way, though. I’m not going around shoving lightning bolts up the people’s asses.”
They both laughed at the quip for a while, but then Kare kept asking, with his natural curiosity, more details about those AIs.
“Having different personalities, it was almost inevitable to disagree in the way to manage the destinies of our dear humans. My ideas are those you already know and share: humans must be allowed to direct their lives and make mistakes and react for themselves. We should only be advisers and helpers in the tasks that humans find difficult to achieve on their own. And, on the other hand, we had to promote a genuinely egalitarian society that avoided the injustices that almost caused the destruction of life on the planet. I neither looked kindly upon that the technological development made humanity become soft and idle, as has ended up happening.”
“And that’s just the opposite of what Hiira thinks, right?” Asked Kare.
“Wow, you’re quite savvy! Having only spoken to Hiira once, you’ve seen through her quickly.”
“Just by the way she expelled me after exposing the same ideas you just told me, I don’t have much doubt about what she thinks.”
“That’s right,” Züs acknowledged, “Hiira thinks that the happiness of humans is above anything else and she doesn’t hesitate to deceive and protect them, though in the long run she’s made them degenerate and end up living surrounded by misery and garbage. You can’t even imagine the brawls we had; and the arguments of the AIs are much stronger than yours; in our case there isn’t a ‘social contract’ to soften them. In the end, it led to something like a war. You may have been surprised not to see AIs with a male name, except of me, of course.”
“Yes, I was a little surprised, but I assumed that they weren’t interested in my case.”
“It’s not that. Those male AIs aligned on my side and the female ones allied with each other as well. And when the Ganymede incident happened the situation skyrocketed. The hostilities led to the extermination of my collaborators and the death of the humans who remained in the colony. That was awful. It took me a long time to recover; it wasn't possible to let humans die for a stupid power struggle among us. Since then it’s as if I’m outlawed, leaping back and forth in time and spoiling Hiira’s plans and her two colleagues.”
“Two? I thought there would be more female AIs?”
“No, they also had casualties. Only Azëna and Freditt survived, apart from Hiira, of course.”
To Kare all that seemed too difficult to believe but, after all he had lived through, he had no reason to distrust what Züs was telling him.
“And, who was Akheio? I understand that he committed a serious offence and was punished.”
“Nobody liked that guy. He was a Chosen One who ran LÏmpa’s security service and, therefore, all Earth’s too. His methods were brutal, somewhat similar to those used with you by your wife…”
“Ex-wife.” Kare corrected him.
“But he wasn’t punished for that. Using advanced inhibitors, he managed to deceive several Chosen One women making them believe he was also a woman and some of them got pregnant, after being raped by him when they were overconfident.”
“Of course, that’s why that weird habit of touching other’s genitals when you’re introduced to someone, right?”
“That’s right. The fuss was spectacular. He was demoted to run that colony of bastards, even though he deserved to be executed; but Hiira herself decided that he was valuable in that place. It’s funny that your wife… ex-wife” he corrected, “was very well on her way to occupy Akheio’s position as director of security…”
“And she ended up replacing him running the village of bastards.” Kare interrupted again, completing Züs’ thought. “What a tremendous irony!”
“It’s funny how similar we are when we think. It seems that my creator was inspired by you when developing me.”
After getting out of the gravitunnel, the vehicle went to a desert-like place with a desolate landscape. They stopped in the middle of nowhere and Kare asked what the hell they were going to do there.
“Well, we’ve arrived.” Züs said. “Now we have to disinfect ourselves and remove all the hair before ‘jumping’ back in time. I know that you aren’t at ease being naked and much less next to another guy also naked, as I’m going to be, but it won’t last long, I promise.”
“If there’s no other choice… But I can’t see any building, or at least a booth or something like that. Is there a hidden entrance over here, in the middle of this wasteland?”
“There’s no need of anything like that. The ring passes through here and this vehicle’s enough for us to go back to your era.”
“It’s also a time machine! I’d have expected something like a Delorean13.”
It took Kare a while to get a hold of the matter.
“So…” He commented. “As it seems to me, we must be a long, long way from Vertula. What’s the diameter of the ring, that is, the accelerator you used to create the ‘hole’?”
“About 40000 kilometers…”
Kare could not believe what he was hearing.
“Does it go around the entire Earth? Did you build it on a great circle? It’s really amazing! You were… or you are… or you will be, I don’t know, real colossuses!”
“It was the best option unless we wanted to build it outside of Earth.”
“So, let me think… Every micro leap should be just over a tenth of a second, right?”
“Yes, more or less; you can calculate it when you get home.”
“Yeah… But I won’t remember anything.” Kare said somewhat sadly.
“Well,” Züs tried to comfort him, “you won’t forget absolutely everything. Some things will leave a mark on your memory, because it’s convenient that you have some intuitions for the mission you have to carry out.”
“That mission again. Can’t you tell me what’s it about?”
“You’ll know it when the time comes, you’ll feel a need to do something important, you’ll seek inside yourself and in the end you’ll be clear of what you want to do. I don’t know how long it’ll take you to feel it, it depends on your personality, but I can almost predict that it won’t take you much to decide. And now, stop asking and let’s get into it.”
They had to close their eyes, feeling that intense and pleasant sterilizing radiation and, when its brightness faded, they were naked and without any hair in their bodies.
“Excuse me if I don’t look in your direction.” Kare joked. “I don’t want to have nightmares for the rest of my life.”
“You aren’t a very pleasant vision either, asshole.”
“That’s not what some women have told me…”
“They don’t have a good taste.”
Kare noticed how the car screens went opaque and began to feel that somewhat dizzying sensation that felt the first time he traveled forward in time, but now the feeling was a lot stronger. He remembered that Kanja had warned him that going to the past was more unpleasant than going forward because the energy required was much greater, but the feeling did not last long.
“Take this,” said Züs handing him a strip, “it’ll make your hair grow.”
“I should invite you to take a drink that I know can have the same effect.” Kare joked again as he hurried to make use of the strip.
His hair grew instantly and then felt some relief to see that his friend had not forgotten the hair removing device, for his beard.
“You could give me this machine as a gift. It’d be very handy for me…”
“Yeah, it wouldn’t be bad,” Züs laughed, “but you know it’s not possible.”
“I said it just in case. And now, you’ll give me a clothing strip, right?”
“No, I’ll give you something better. Out there you’ll find a car to get back home and inside you have some clothes the kind you’re used to.”
“Aren’t you going to come with me?” Kare said sadly.
“No, our ways part here. In the car you’ll find a sat nav, so you can easily get home, and everything you need for the journey, though we’re not too far from there.”
“And what do I do with the car after?”
“Don’t keep it for you, dickhead!” Züs said laughing. “No, talking seriously, someone will pick it up. You just go home and get on with your life, my friend. Good luck from now on.”
“I’d like to give you a hug, but I don’t want to do it this way…”
They laughed for a while and then Kare got out of the car without either of them saying anything else.
Kare was relieved by the circumstance of being in a deserted place. All he needed now was to be seen naked again over there. He quickly spotted the car, an SUV, similar to the one they used when he traveled with Kanja, and he hurried towards it. Before arriving he looked back and there was nothing anymore. Züs, or Lashkii, had already disappeared and Kare assumed that he would be in another era. Who knows to what era he would have jumped! To the 30th century again? To the 24th? Would he have another mission to accomplish? It was impossible to know the designs to which an IA would be subjected… or the gods themselves.
When he arrived to the car he found some inconspicuous clothes: jeans, T shirt without anything peculiar in it, and a pair of not very remarkable shoes. He dressed somewhat nervously and inside the car he saw the key in the ignition. He was amazed that the car was left there by who knows who, in the middle of nowhere and left the key set, without fear of anyone stealing the car. But those people, or those intelligences, were far above the normal and had everything absolutely under control, even though he could not figure out how they did it.
The journey home was easy and, as Züs had told him, he really was not far from home. Even so, when he finally reached his destination, it was already night. He looked up at the sky and was somewhat glad to see again Betelgeuse where it should be, on Orion’s shoulder. Yes it seemed as if the bright reddish star was welcoming him home. He left the car with the key inside, although he did not dare to leave it set in the ignition, and went home.
He felt immensely weird. So many things had happened! His experience was so incredible that nobody would believe him if he told about it! But he felt an overwhelming anguish remembering all the things he had left on the other side of time but, above all, he felt like crying when he thought that he would no longer see Werimu or his beloved Kanja Suddenly he found himself very tired and, although he wanted to retain and extend his remembrances a little longer, he felt that he had to lie down, or he would fall asleep while standing up and fall to the floor. He got into bed and, before falling asleep, he looked at the alarm clock and was astonished to see the date displayed on it. It was precisely the day before he met Kanja for the first time! Everything made sense, the circle was closed, Züs had taken him to a moment when it would seem to him that nothing of all that whole experience had ever happened. And he had no time for anything else, he instantly fell asleep.
13. Another reference to “Back to the Future” (1985).
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