Kare se despertó muy agitado cuando todavía estaba muy oscuro. Tenía el corazón desbocado y estaba sudando. Debía haber tenido una pesadilla muy intensa, pero no se acordaba de nada. Se esforzó por intentar recordar, pero no pudo evocar ninguna imagen, solo algunos sentimientos de manera vaga y confusa. Al principio no quiso mirar qué hora era para no moverse mucho y ver si era capaz de volver a conciliar el sueño, pero estaba demasiado excitado y fracasó en el intento. Se levantó y fue al baño para ver si lavándose, para refrescarse y eliminar el sudor, podía relajarse de nuevo. Sin embargo, no pudo volver a dormirse. Le irritaba estar tan alterado pero sin conocer los detalles del sueño que le había provocado tal agitación. Tras un buen rato, desistió e intentó analizar qué sentimientos quedaban detrás de la pesadilla. Recordó mezcladas sensaciones de verse sometido a presiones que eran casi imposibles de eludir, rechazo ante unas fuerzas que lo obligaban a hacer algo que no deseaba y las consecuencias desagradables que podían derivarse de sus actos si cedía a esas presiones. Sin embargo, no todo lo que sintió era negativo. También sabía que, mezclado con un torbellino oscuro, había algo bello que, en ese momento, le inspiraba un sentimiento de… enamoramiento. ¿Amor?, se preguntó extrañado. Tras la amarga experiencia que había sufrido con su reciente divorcio le parecía muy raro que el subconsciente le sugiriera nada relacionado con volver a enamorarse. Pero se dijo a sí mismo que el subconsciente era muy difícil de controlar y que probablemente ese sueño, y en particular esa sensación, no tenía por qué tener ningún tipo de lógica.
Bastante rato después, se volvió a quedar dormido, hasta que sonó el despertador. Se preparó para ir al trabajo y tuvo una extraña sensación. En contra de su costumbre, sintió la necesidad de encender la televisión mientras desayunaba en casa. Puso un canal de noticias y lo desmoralizó la ristra de desastres que llegaban desde todos los rincones de la Tierra. “Este mundo se va a la mierda”, pensó, “cualquier día se monta una trifulca de tal calibre que vamos a acabar matándonos unos a los otros y tendremos que empezar desde cero”.
Se marchó a trabajar dándole vueltas a la cabeza sobre lo que acababa de ver y, al llegar a la empresa, vio que en el pasillo había un corrillo de compañeros que estaban cuchicheando con risitas nerviosas. No le dio demasiada importancia y se sentó en su mesa. A los pocos minutos, se acercó Tarlo, su compañero de despacho.
–¡Hombre, Kare! –dijo Tarlo con tono jovial– No te he visto llegar.
–Estabais muy ocupados en el coloquio de ahí fuera.
–Es que la novedad del día merece un rato de debate.
–Me tienes en ascuas –dijo Kare irónicamente.
–El nuevo fichaje del departamento de investigación. Tienes que verla –suspiró Tarlo.
–¿Qué tiene de particular?
–Un bombón. Nunca vi nada parecido. Tiene a todos los tíos babeando. Pero no parece solo una cara bonita y un cuerpazo de infarto, además tiene un carácter… A más de uno ya lo ha puesto en su sitio.
–Precisamente es lo que les viene bien a algunos que andan por ahí.
Se puso a revisar los asuntos que tenía pendientes y sintió que aquello no lo estimulaba como lo había hecho hasta entonces. Era muy extraño, porque siempre había disfrutado mucho con su trabajo pero, de repente, sintió que tenía cosas más importantes de las que ocuparse. Se quedó fijo, dándole vueltas a ese extraño sentimiento, y se desconectó de la realidad, de tal manera, que no se dio cuenta de que su jefe, Hoka Kuher, estaba en el despacho hablándoles a él y a Tarlo.
–Míralo, en su mundo, como siempre… –estaba diciendo Hoka cuando Kare volvió a la realidad–. Os presento a Kanja Alfke, una compañera nueva en nuestra sección. Le estoy enseñando todo esto. Kanja, te presento a estas dos calamidades: ahí, Tarlo Lodke, el intrigante, y éste es Kare Osjin, el ensimismado.
–Un placer –dijo Kanja, mirando primero a Tarlo y, luego, parando su mirada en Kare, le ofreció una sonrisa que le quitó el aliento. La belleza de su mirada lo dejó petrificado.
–El placer es nuestro… –respondió Tarlo–. ¿Verdad, Kare? –añadió, viendo que éste no reaccionaba.
Pero Kare siguió incapaz de decir nada.
–¿Verdad? –repitió Tarlo.
–Si, estooo, claro –balbuceó Kare por fin.
–Déjalos. Estos dos elementos no tienen remedio –atajó el jefe–. Ahora te enseñaré el resto del departamento.
Entonces, Kare consiguió sobreponerse al embrujo de aquella preciosa mujer y se dirigió a su jefe.
–Por favor, Hoka, antes de nada, quisiera comentar algo muy urgente contigo. ¿Me dedicarías unos pocos minutos antes de seguir con Kanja?
Hoka puso una cara poco amable ante aquella petición, pero accedió.
–Discúlpanos, Kanja, quédate aquí un momento con Tarlo mientras éste imbécil me cuenta alguna insignificancia. Pero ten cuidado con este otro capullo, no te fíes de él. Aunque parece inofensivo, tiene más peligro que una caja de bombas…
–No te preocupes, cuidaré bien de ella –respondió Tarlo con una sonrisa de oreja a oreja.
–Eso es lo que más temo… –dijo Hoka con tono ácido.
Salieron hacia el despacho del jefe, Kare miró de reojo a la hermosa pelirroja y le extrañó que ella lo observaba fijamente con una expresión algo angustiada. Parecía que algo no estaba saliendo como ella había planeado, pero supuso que solo eran imaginaciones suyas.
–Bueno –dijo Hoka con cara de pocos amigos–, ¿qué tripa se te ha roto para que me estropees el tour que estaba haciendo con esa belleza?
–Me marcho –respondió Kare lacónicamente.
–¿Cómo que te marchas?
–Me voy de la empresa. Lo dejo todo.
–Y eso, ¿por qué? –preguntó alarmado–. ¿Te vas a la competencia?
–No, nada de eso. Solo quiero cambiar de entorno, de costumbres, de vida... Siento que tengo que hacer algo distinto, hay algo importante que debo hacer y tengo que concentrarme exclusivamente en ello.
–¡No me jodas, Osjin! –el hecho de que lo llamara por el apellido no era un buen síntoma–. ¿Es que te vas a recluir en un convento o algo así? ¡Con todo el trabajo que tenemos!
–Lo siento, pero no puedo decirte ningún detalle, porque ni yo lo sé realmente. Solo sé que tengo que abandonarlo todo.
–¿Es por dinero? –intentó negociar Hoka, viendo que Kare estaba muy decidido–. Puedo proponer un aumento para ti…
–No es por dinero. Y repito que no me voy a ninguna otra empresa.
–¿Es por tu divorcio? ¡Si ya han pasado por lo menos seis meses! Tienes que superarlo ya y la mejor manera es trabajando duro. Ya verás cómo encuentras otra mujer. Por ejemplo, esa pelirroja, aunque es verdad que seguramente no te encuentre de su gusto con lo feo que eres… Pero habrá otras, ya verás.
– Tampoco es por mi exmujer, ya es agua pasada. No te puedo aclarar más.
–Y, ¿cuándo te vas? –su tono se volvió algo triste.
–Inmediatamente. Veo que ya no puedo concentrarme aquí.
–¡Pues sí que tiene que ser grave! Nunca vi a nadie con tu poder de concentración. No sé… Te veo tan decidido que solo puedo desearte que tengas mucha suerte en lo que comiences. Y, si alguna vez quieres volver, te recibiremos con las puertas abiertas. ¡Aunque menudo marrón me dejas, cabronazo!
Volvieron al despacho de Kare y volvió a sentir la mirada intensa de aquella pelirroja, pero prefirió no implicarse en nuevas relaciones en ese momento, dado que se marchaba. Hoka se la llevó casi a la fuerza y ella se volvió al salir, algo preocupada, aunque no pudo escapar de la garra del jefe.
–¡Fiuuu! –dijo Tarlo cuando ya no podían oírlos–. Vaya miraditas que te ha echado, amiguete. Yo diría que la tienes en el bote. ¡Qué jodío tío con suerte!
–No te lo creas, no va a ir a ningún lado, porque me marcho.
La expresión de Tarlo fue como si le hubiesen echado un jarro de agua fría. Era casi imposible dejarlo sin palabras, pero esta vez no supo reaccionar y Kare lo abrazó fuertemente sin decir nada.
–Perooo… –balbuceó su amigo–, ¿dónde, cuándo, por qué?
–No lo sé, ahora, y tampoco te lo puedo decir con seguridad, respectivamente.
–Pero no lo entiendo… –Tarlo estaba muy afectado.
–Siento que tengo algo importante que hacer, es como si tuviera una misión vital y no puedo demorarme en empezar.
–¿Es que tienes que reunir a la banda?13 –bromeó Tarlo.
Los dos se rieron de la ocurrencia y se despidieron, con la promesa de Kare de que sabría algo de él cuando fuese posible.
Salió a la calle en una hermosa mañana soleada. No sabía por dónde empezar, pero ya tenía claro cuál era su misión. Tenía que proceder con mucho orden ante un trabajo que a priori se le antojaba titánico. Sintió que el mundo en el que vivía se iba irremisiblemente a pique y tenía que recopilar toda la información que pudiera antes de que cualquier desastre, cualquier locura de la Humanidad no dejase piedra sobre piedra y se destruyera un legado cultural de milenios. Luego, buscaría un lugar seguro donde esconderlo y tal vez se convirtiese en una semilla de donde surgiera una nueva sociedad mejor, una sociedad verdaderamente igualitaria donde el progreso sería espectacular. Tal vez era solo un sueño imposible e infantil, pero tendría que intentarlo de alguna manera. Y, después, cuando hubiese logrado terminar su obra, se retiraría a algún sitio tranquilo. Y, aunque siempre había sentido mucha vergüenza a que lo vieran desnudo, pensó que tal vez sería una buena cosa retirarse a una colonia nudista. ¿Por qué no?
Finalizado el 11/11/2020, o en el 255 antes de la Era de la Nueva Luz.
13. Hace referencia a la película de los Blues Brothers “Granujas a todo ritmo” (1980).
Quite a while later he fell asleep again, until the alarm clock went off. He got ready to go to work and had a strange feeling. Against his habit, he felt the need to turn on the television while he had breakfast at home. He selected a news channel and was demoralized by the string of disasters coming from all around the Earth. ‘This world’s going to hell.’ He thought. ‘One day soon a brawl so great will burst that we’re going to end up killing each other and we’ll have to start again from scratch.’
He went to work thinking about what he had just seen, and when he arrived at the company, he saw that in the corridor there was a huddle of colleagues who were whispering with nervous giggles. He did not give it too much importance and sat at his desk. A few minutes later Tarlo, his officemate, approached.
“Hey, Kare!” Tarlo said cheerfully. “I didn’t see you arrive.”
“All of you were very busy in the colloquium out there.”
“Oh, the novelty of the day deserves a while of debate.”
“You got me on edge.” Kare said wryly.
“The new hiring of the research department. You have to see her”, Tarlo sighed.
“What’s so special about her?”
“A cutie. I never saw anything like her. She's got all the guys drooling. But not only does she look like a pretty face and a hot body, she also has a character... More than one has already been put in place.”
“It is precisely what suits some who are out there.”
He began to take a look at all the pending matters he had and felt that it was no as stimulating as it had been until then. It was very strange, because he had always enjoyed a lot with his job but, suddenly he felt he had more important things to take on. He was absorbed wondering about that strange feeling and got disconnected from reality in such a way that he did not realize that his boss, Hoka Kuher, was in his office talking to him and Tarlo.
“Look at him, in his world, as always...” Hoka was saying when Kare returned down to Earth. “I introduce you to Kanja Alfke, a new colleague in our section. I'm showing her all this. Kanja, I introduce you to these two calamities: there, Tarlo Lodke, the schemer, and this is Kare Osjin, the self-absorbed.”
“Pleased to meet you.” Kanja said, looking first at Tarlo and then, stopping her gaze on Kare, offered him a smile that took his breath away. The beauty of her gaze left him petrified.
“The pleasure is all ours.” replied Tarlo. “Right, Kare?” he added, seeing that Kare did not react.
But Kare was still unable to say anything.
“Right?” Tarlo repeated.
“Yeah, uh, sure.” Kare babbled at last.
“Leave them. These two have no remedy.” said the boss. “Now I'll show you the rest of the department.”
Then Kare was able to overcome the spell of that gorgeous woman and addressed his boss.
“Hoka, please, first of all, I would like to comment on something urgent with you. Would you spend a few minutes with me before going on with Kanja?"
Hoka made a sour face to that request, but he agreed.
“Don’t worry, I’ll take care of her.” Tarlo replied with a wide smile.
“That’s precisely what I fear most…” Hoka said with a bitter tone.
They went out towards the boss’ office and Kare looked sideways to the beautiful redhead and was surprised to see her staring at him with a somewhat anguished expression. It seemed that something was not going on as she had planned, but he guessed that it was just his imagination.
“Well,” Hoka said with a scowling face, “what the hell’s wrong with you to spoil the tour I was doing with that beauty?”
“I quit.” Kare answered laconically.
“How’s that you quit?”
“I quit the company. I leave it all.”
“Why’s that?” He asked alarmed. “Are you going to the competition?”
“No, that’s not it. I just want to change my environment, my habits, my life… I feel like I have to do something different, there’s something important that I must do and I have to focus exclusively on it.”
“Don’t screw me, Osjin!” The use of his surname by his boss was not a good sign. ”Are you going to cloister yourself in a monastery or something like that? With all the work we have to do!”
“I’m sorry, but I can’t tell you any details of it because not even I really know. I only know that I must leave it all.”
“Is it for money?” Hoka tried to negotiate, seeing that Kare was very determined. “I can propose a raise for you…”
“It’s not about money. And I repeat that I’m not going to any other company.”
“Is it because of your divorce? It’s been at least six months ago! You have to get over it, and the best way is to work hard. You’ll see how you find another woman. For example that redhead, although it’s true that she probably won’t find you of her liking, because you’re really ugly… But there’ll be others, you’ll see.”
“It isn’t because of my ex-wife either, she’s a thing of the past. I can’t clarify more.”
“So, when are you leaving?” His tone became somewhat sad.
“Immediately. I feel that I can no longer focus here.”
“Well, it must be really serious! I’ve never seen anyone with your power of concentration. I don’t know… I see you so determined that I can only wish you good luck in whatever you start. And if you ever decide to come back, you’ll be welcomed. Although what a mess you leave me, sucker!
They returned to Kare’s office and he felt again the intense gaze of that pretty redhead, but he decided not to get involved in new relationships at that moment, since he was leaving. Hoka took her away almost forcibly and she turned around when they went out, somewhat worried, although she could not get free of the grasp of the boss.
“Pheeew!” Tarlo said when they could no longer be heard. “What a glances she has given you, buddy. I’d say you have her wrapped around your finger. What a lucky devil!”
“Don’t bet on it, it’s going nowhere, because I’m leaving.”
Tarlo’s expression was as if someone had thrown cold water over him. It was almost impossible to leave him speechless but this time he could not react and Kare hugged him tightly without words.
“Buuuuut…” His friend babbled. “Where, when, why?”
“I don’t know, now and I can’t tell you for sure, respectively.”
“But I don’t understand…” Tarlo was very affected.
“I feel that I have something important to do, it’s as if I had a vital mission and I can’t delay in getting started.”
“Is it that you’re putting the band back together?14 ” Tarlo joked.
Both laughed the quip and said goodbye with Kare’s promise that Tarlo would have news from him when possible.
Kare went outside in a wonderful sunny morning. He did not know where to start, but he already knew clearly what his mission was. He had to proceed very orderly a task that beforehand seemed daunting to him. He felt that the world in which he lived was helplessly doomed and he had to compile all the information he could before any disaster, any madness of Humanity, would leave no stone upon another and a cultural legacy of millennia would be destroyed. Then he would find a safe place to hide it and maybe it would become a seed of a new and better society, a truly egalitarian society where progress would be spectacular. Perhaps it was just an impossible and childish dream, but he had to try somehow. And after that, when he had finished his mission, he would retire to some quiet place. And, although he had always felt very embarrassed to be seen naked, he thought that maybe it would be a good thing to retire to a nudist colony. Why not?
Ended on 11/11/2020, or 255 before the New Light Era.
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