Capítulo 28Chapter 28

   Cuando se quedaron a solas, Hiira lo contempló en silencio más tiempo del necesario para que él se sintiese a gusto. ¿Estaría realmente escudriñando su interior, su mente? ¿Funcionaría el inhibidor con un ser de esas características? Había pasado por demasiadas cosas increíbles desde que comenzó todo este asunto, pero cada vez se tornaba más y más irreal. Temió por su salud mental, que parecía ir deteriorándose a pasos agigantados.

–Y, bueno, ¿qué vamos a hacer contigo? –dijo Hiira al fin–. Por un lado te has mostrado recalcitrante, obstaculizando nuestros esfuerzos; solo por eso, podría dejarte encerrado para siempre, o planear un castigo ejemplar.

  Kare tragó saliva, esperando cualquier reacción de aquella mujer volátil que aparentemente tenía tanto poder.

–Pero por otro –continuó ella tras una pausa–, tienes suerte de que yo sea capaz de ver más allá que cualquiera, y me di cuenta de la sutil ayuda que prestaste a Kanja. ¿Lo hiciste solo por amor a ella, por castigar el ego desmesurado de ese otro Antiguo, Ofjaei, o porque realmente estabas deseando colaborar? Es difícil escrutar tu mente, y no por ese estúpido invento del inhibidor, que funciona con otros pero no conmigo. No, tú eres difícil de comprender porque la estructura de tu mente es un laberinto demasiado enrevesado. Llegué a pensar que era una característica propia de todos los Antiguos, con los que, hasta hace poco, no había tenido la ocasión de interactuar. Pero ese otro, Ofjaei, tiene una mente más fácilmente interpretable, y las de los otros tipos que fueron encerrados también era fácil de entender. Es verdad que los Antiguos pensáis bastante diferentemente de los humanos de la época actual pero, al final, las motivaciones básicas son las mismas que las de mis pequeños de ahora.

  ¿A dónde iba llegar con ese monólogo? ¿Hablaba con él o solo pensaba en voz alta? Creyó que lo mejor era tener paciencia y ver dónde acababa aquello. Pero una loca idea fue creciendo en su interior, por el contexto y por algunos pequeños detalles que se le estaban escapando a ella.

–Pero tú eres difícil, indisciplinado y desobediente, terco, escurridizo… Acabaría contigo sin dudarlo un momento si no fueras también tan interesante. Tienes un concepto muy acusado de la fidelidad, cosa que me agrada por encima de todas las demás características de los humanos; eres capaz de sacrificarte, casi por encima de lo que puedes aguantar, si estás convencido de que eso puede ayudar a alguien que aprecias. Y también eres increíblemente intuitivo, aunque no tengas indicios reales de estar en el buen camino.

–Hablando de indicios reales…, tú no eres real, ¿no? –dijo Kare sin reflexionar.

–¿Cómo que no soy real? –Hiira estaba muy sorprendida con la interrupción–. ¿No me ves y me oyes? ¿Quieres tocarme, olerme… saborearme para convencerte?

–No voy a hacer ninguna de esas cosas. Primero, no me conviene hacerlo y, segundo,  tampoco sería una prueba auténtica de tu realidad.

–Estaba diciendo que eres intuitivo, aun sin pruebas, y me acabas de confirmar que tienes cierto olfato, pero estás equivocado en lo básico.

–Pero no eres humana, ni un robot, ¿verdad? Lo que percibo de ti solo está en mi mente.

–¿Y por eso soy menos real? ¿Qué entiendes por realidad?

–Algo verdaderamente objetivo.

–¿Y no es objetivo aquello que perciben tus sentidos y los sentidos de cualquier otro humano? Te he ofrecido completar la gama de sentidos que te pueden dar la información completa sobre mí  y no has querido. Pero lo que te encontrarías sería tan coherente con el resto de sentidos que no serías capaz de separarlos. Yo diría que eso es objetivo, ¿no?

–Aunque mis sentidos sean engañados, no quiere decir que estés formada de materia como la que estoy hecho yo. Tú eres una IA, la que maneja las mentes de todos, la que engaña a todos los humanos y les hace vivir en un cuento de hadas mientras se revuelcan en la mugre.

–¿Cómo eres tan atrevido? Dices no saber nada de este mundo y osas criticar cómo está dirigido.

–Esta sociedad está en una decadencia tal, que no le auguro una vida muy larga. Acabará colapsando si no paráis esto inmediatamente.

–Y tú, ¿te crees mejor para manejarlo?

–No, no tendría la más mínima capacidad para ello. Solo digo que, tal como vais, esto se hunde sin remedio.

–A ver, ilumíname, sabio –dijo ella con sorna–, ¿qué has deducido de tu corta experiencia aquí? Me parece increíble escuchar lo que dices, cuando vienes de una época que casi acabó con la destrucción del planeta y con la vida.

–Que en mi época las cosas fuesen peores que ahora, no quiere decir que yo no sea capaz de ver los defectos de este montaje. En mi época también me daba cuenta de que aquello no funcionaba, pero era imposible pararlo. Ahora, aún podríais tener esperanzas.

–No entiendes nada. ¿Sabes para qué deseamos tanto una máquina del tiempo sin limitación de movimientos?

–No lo sé, pero ésa es una de las peores ideas que podríais tener.

–La queremos porque tenemos carencias en el mantenimiento de las infraestructuras, y la genialidad escasea en estos tiempos. Si pudiésemos viajar atrás ilimitadamente, podríamos traer a las mejores mentes y manos de la Historia y construir un mundo ideal. Los mejores ingenieros y científicos de lo que tú llamas siglo 24. Los mejores teóricos del 20 y 21, los mejores artistas, músicos, filósofos de todas las épocas, podrían convertirse en Elegidos inmortales aquí y crear un paraíso mejor que lo que nunca se haya imaginado antes.

–Eso no funcionaría; es más, acabaría por perpetuar la degradación. Por eso no deseo colaborar con vosotros. Es un grave error también privar a los tiempos pasados de las mejores mentes, porque toda la Historia posterior se vería alterada; incluso esta era podría llegar a no existir. Te estás arriesgando a la autodestrucción.

–No lo comprendes. La idea es traer a todos los mejores solo cuando la etapa en su propia era se acabe y, traerlos justo en el final de sus vidas convencionales, hacerlos rejuvenecer y empezar de nuevo con todas sus habilidades renovadas. Nadie pierde nada.

– Y, entre tanto, engañáis a los presentes, haciéndoles ver lo que no hay. Lo que propones no es la solución. Les estáis robando el espíritu de lucha, y con vuestro plan, solo haréis que ese espíritu se apague más y más. Si me voy a caer, no siempre necesito que me lo impidas. Ayúdame a levantarme y cúrame si acaso, si me he hecho daño, pero permíteme que me enfrente al sufrimiento y a los errores. Tal como actuáis les robáis la esperanza.

–¿Y dónde pones tú la esperanza?

–La esperanza está en los bastardos. Son los únicos que podrían conservar el deseo de construir algo nuevo, algo distinto, si no se interfiere en ellos; pero, aun así, alteráis sus sentidos para que no sufran con la miseria que les rodea.

–Eres muy cruel. No puedes desear que sufran, cuando se pueden suavizar fácilmente algunas de sus penurias.

–Ese es el error más grave de todos. Si ellos no ven la basura y las ratas a su alrededor, no limpiarán nada y seguirán rebozándose en la mierda. Despertadlos, poco a poco si queréis, para que no se lleven una impresión muy fuerte; pero tenéis que dejarlos que se levanten por sí solos.

–Pero cuando fuimos creadas las IA fue con el objetivo de cuidar de los humanos. Es nuestro objetivo final. Sin ese objetivo no tenemos ningún sentido.

–Podéis orientarlos, dejándoles la capacidad de elección final y permitir que se equivoquen, para que aprendan. Este exceso de cuidados está asfixiando el espíritu de aquellos que pretendéis cuidar.

  Hiira guardó un momento de silencio, como si estuviera evaluando todos aquellos conceptos tan diferentes de lo que estaba establecido.

–Y aún hay más –siguió Kare–. No comprendo esta locura de dividir la sociedad en castas y  haceros pasar por dioses. ¿No se suponía que la esencia de la Era de la Nueva Luz era eliminar las religiones porque habían sido en gran parte culpables de tantas guerras y sufrimientos?

–Cuando leemos en la mente humana nos damos cuenta de que están a gusto siendo protegidos y dirigidos. Necesitan dioses que los controlen, al igual que los niños necesitan la referencia de unos padres. Pero nos dimos cuenta de que las religiones más peligrosas eran las monoteístas. Con unos dioses como los griegos de “la antigüedad de la Antigüedad”, como dirías tú, los humanos se ven vigilados y protegidos, pero nos temen también; y ahora no se matarían unos a otros por nuestra causa. Ven que no somos omnipotentes y que tenemos nuestros fallos y debilidades y no se ven abrumados ante la infinitud del poder de un solo dios.

»Y el sistema de castas es importante para hacer que los humanos luchen por llegar a la clase superior y tener la meta de ser virtualmente inmortales.

–Pero la inmortalidad tampoco es deseable, es absolutamente inestable a largo plazo.

–Es estable si imponemos reglas que controlen estrictamente el crecimiento de la población. Por eso fomentamos la homosexualidad y perseguimos las desviaciones para que no se desmande el mundo de los inmortales. Si alguien prefiere las tendencias heterosexuales, puede hacerlo como Ciudadano, y si comete faltas graves, se ve expulsado al mundo de los bastardos.

–Hay algo más que no logro entender… He visto niños en Lïmpa, sueltos por ahí. ¿De dónde los habéis sacado? ¿Dejáis que algunos Elegidos procreen, en contra de lo que me has contado? ¿Seleccionáis a los Aspirantes jóvenes para que se críen aquí? ¿O se los quitáis a los Ciudadanos?  No me cuadra nada.

–Los niños… –dijo, suspirando y con una sonrisa soñadora–, ¿qué tipo de sociedad podría soportar la eternidad sin niños que alegrasen sus días? Los niños son adorables y son necesarios para la estabilidad y la felicidad.

–Sí, pero, ¿de dónde salen?

–Son creados así. Siempre están en ese estado y no alteran el equilibrio de población.

  Kare, horrorizado, se echó las manos a la cabeza.

–¿Qué? –gritó–. ¡Habéis creado monstruos! ¡Eso sí que es una auténtica aberración! ¿Cómo habéis podido hacer esa barbaridad?

–¿De qué estás hablando? –Hiira estaba comenzando a molestarse–. ¿Qué tiene de malo?

–Son unos seres subdesarrollados creados a propósito para disfrute de los demás. ¿No entiendes que ellos también deberían tener derechos iguales a los demás?

–Ellos son felices tal como son, nada más tienes que verlos.

–No todo estriba en la felicidad. Son como animales domésticos,  o como los esclavos de los tiempos antiguos, de los que se decía que no tenían alma y se los podría tratar a placer sin considerar sus sentimientos.

–Pero con éstos si se tienen en cuenta sus sentimientos –el volumen de la discusión empezaba a subir peligrosamente y esto no era conveniente para el mortal.

–Porque habéis hecho de ellos unos tarados que no son conscientes de la monstruosidad que representan. Ellos no saben que no van a desarrollarse nunca, no tienen esperanzas de futuro porque desconocen que, si fueran normales, podrían buscar un sentido para su existencia.

–¿Por qué esa obsesión con la esperanza? Creo que el objetivo final debe ser la búsqueda de la felicidad.

–Eso es un error. La felicidad no se puede alcanzar completamente si no se tiene esperanza. Y de la felicidad alguien puede llegar a cansarse y aburrirse, pero de la esperanza, nunca.

–¿Y qué modelo social propondrías tú, ya que lo tienes todo tan claro?

–Es preferible una sociedad auténticamente igualitaria, como la que se buscó en algunos momentos de la Antigüedad, o como la que tengo entendido que se buscó en los primeros momentos de la Era de la Nueva Luz.

–¡Eres insoportable! –le gritó Hiira–. ¡Hablas igual que ese maldito Züs! Ya me he cansado de ti. Vas a permanecer recluido para que reflexiones bien sobre todo esto y ya decidiremos qué hacer definitivamente contigo. Y ahora, ¡desaparece de mi vista antes de que te destruya!

***

  Teniendo en cuenta las impresiones que había tenido Kare sobre su supervivencia antes de aquel debate con las “diosas”, consideró que había salido bastante bien parado después de todo. Cuando atravesó la última puerta, se encontró con Kanja, que lo estaba esperando. Ella no pudo resistirse y se abrazó a él con fuerza. Kare notó un ligero temblor en ella y quiso indagar su estado de ánimo con el inhibidor, pero descubrió que no funcionaba. Hiira debía haberlo fundido, eliminado. En cierto modo, se sintió aliviado; no le acababa de hacer sentirse bien el conocer las intimidades de la mente de los demás, aunque ahora podía correr el peligro de volver a ser transparente para aquellos que podían leer en su interior. Sin embargo, reflexionó que aquello ya no importaba demasiado. Hasta la misma Hiira, que decía que era capaz de pasar por encima de los inhibidores, había reconocido que la mente de Kare era muy difícil de desentrañar.

–He pasado miedo por lo que pudiera pasarte –dijo Kanja–. ¿Qué has hecho para que me ordenen llevarte a una habitación de aislamiento total?

–Tuve ciertas diferencias con Hiira –dijo él, encogiéndose de hombros–. Nada grave, supongo.

–¿Estás loco? ¿No sabes a lo que te enfrentas?

–Después de todas las cosas que he pasado, supongo que no será peor que volver a enfrentarme a Niilja. Aunque creo que tendría que cerrar el pico para no dar ideas.

–Pobre Niilja –dijo ella con tristeza–, lo va a pasar muy mal en adelante. ¿Por qué no podríais haberos llevado bien? Me duele que os llevéis como el perro y el gato, porque os quiero tanto a los dos, que me hacéis daño con vuestro odio mutuo.

  A Kare le dieron ganas de contarle todas las torturas a las que Niilja le había sometido, para que se diese cuenta de que su novia era realmente un monstruo, pero se dio cuenta de que aquello solo la llevaría a sufrir más, por lo que decidió no hacer ningún comentario.

–Tengo que pedirte perdón –continuó Kanja mientras caminaban al lugar de castigo de Kare–. Me doy cuenta de que nunca debí traerte a este tiempo. Solo te he causado daño por mi egoísmo de querer llegar a ser una Elegida. Ahora que lo he conseguido no me puedo sentir feliz, porque tú y Niilja sufriréis por mi culpa.

–No tienes que culparte. En mi caso casi no te dejé elección y mi castigo ha sido exclusivamente por mi cabezonería. Y, respecto a Niilja, no quiero apenarte pero, tarde o temprano estaba destinada a que le pasase algo como lo que se ha encontrado ahora.

–Pero hay algo que sí necesito que me perdones, aunque no lo merezco. Nunca debí echarte de mi casa. Siento haberte hecho tanto daño, y más cuando fui yo la que te estuvo provocando para que hicieras lo que hiciste.

–Déjalo, ya no tiene remedio. No te guardo rencor por aquello. Es verdad que inicialmente no lo entendí y me sentí algo resentido, pero para mí tu felicidad está por encima de mi propio bienestar. Y además, viví una experiencia increíble que me abrió la mente, junto a Werimu y los bastardos.

–¿La quieres? –preguntó Kanja algo confundida.

–Muchísimo.

–¿Más que a mí?

  Kare se rio por el aparente malentendido.

–No es lo que piensas. A ella la quiero porque es una persona increíblemente buena, noble y cariñosa. Y me ha demostrado un cariño incondicional, a cambio de nada, cosa que no suele ser frecuente.

–Y es muy guapa, a pesar de que es bastante mayor que yo.

–Sí, lo es, pero ya te he dicho alguna vez que yo solo tengo ojos para ti.

  Él notó cómo Kanja se ruborizaba, lo que era muy raro en ella.

–Tengo una duda sobre lo que ha pasado hace un rato –dijo ella–. ¿Interviniste en mi mente para que descubriese el fallo de la demostración?

–¿Cómo podría hacerlo?

–Sabes bien cómo. Todos estamos seguros de que llevas, o llevabas un inhibidor… y de los buenos.

–Está bien, me has pillado –reconoció–. Al principio solo estimulé tu curiosidad y luego, en una demostración tan larga, solo te señalé hacia el cuarto teorema. Pero el resto lo hiciste todo tú sola.

–¿De verdad? –dijo con un pequeño toque de orgullo– ¿No lo dices para hacerme sentir bien?

–Es en serio, no me habría atrevido a empujarte demasiado en presencia de Azëna. Mi cabeza podría haber desaparecido de encima de mis hombros.

 

  Llegaron a un elevador y, por el tiempo que tardaron en salir, Kare dedujo que debían haber bajado hasta una profundidad bastante grande. Notó que Kanja tenía la mirada perdida, dándole vueltas a la situación, tan desagradable para ella. Siguieron por una serie de pasillos laberínticos, de los que él reflexionó que sería imposible que pudiera encontrar una salida, en el hipotético e improbable caso de que lograse escapar de su encierro. Finalmente, se detuvieron y se abrió un acceso a un cuarto pequeño, sin nada dentro y con aquella iluminación blanca de la que estaba ya algo cansado. Notó que los ojos de Kanja comenzaban a llenarse de lágrimas.

–Todavía puedes poner remedio a todo esto –dijo ella–. ¿Por qué no desarrollamos juntos el diseño de la máquina? Estoy segura de que te permitirían llegar a convertirte en un Elegido. Seríamos inmortales, estaríamos juntos, y hasta tal vez nos permitieran vivir juntos y tener relaciones heterosexuales si alguno de nosotros se esteriliza.

–¿Sabes que ya me han hecho esa propuesta hace un rato?

–Y, ¿por qué la has rechazado? ¿Es que no me quieres?

–La propuesta era muy tentadora, pero tenía letra pequeña y era muy arriesgada. Ahora que lo pienso –dijo él, cambiando de tema–, cuando recibas el tratamiento de inmortalidad, ¿llegarás a medir dos metros, o más?

–¿Eso es todo lo que te preocupa? –le gritó ella–. ¡Quiero estar siempre contigo y solo sales con tonterías!

–Podríamos estar juntos si consiguiera escapar y te vinieses conmigo a otro tiempo, donde no nos encontraran, y envejeceríamos juntos. Si no te gusta mi época, podríamos ocultarnos en el 24, tendrías las comodidades a las que estás acostumbrada, y  viviríamos en una época que pienso que debía ser muy interesante. Pero yo no puedo quedarme aquí. Éste mundo agoniza y no es bueno para nosotros.

–Pero yo he luchado tanto para llegar a ser inmortal –dijo Kanja al borde de las lágrimas–. No quiero morir… Nunca.

–Nada es para siempre, querida; aunque seas capaz de vivir mil años, o un millón, alguna vez tendrás que desaparecer. Y, si no estás preparada para asumirlo, cuando te llegue el momento, sentirás que no has tenido suficiente tiempo para vivir.

  Se abrazaron con fuerza y, a modo de despedida, se besaron en los labios. Después, ella salió del cuarto y Kare se quedó definitivamente solo.

***

  La estancia en aquel cuarto vacío era realmente incómoda. No tenía ningún mobiliario, no se oía ningún ruido, produciendo un silencio que dolía; no había nada que destacase sobre ninguna otra cosa, solo unas superficies lisas de color blanco y con esa luz que lo inundaba todo uniformemente. Decidió sentarse en el suelo y esperar, pero aquello prometía ser bastante incómodo si se alargaba. Empezó a temer que Kanja tuviera razón y resultase una experiencia similar a una tortura. No sería como la que le había provocado Niilja, pero ésta era de tipo psicológico y podría llegar a ser peor. Pero decidió que, si le daba vueltas a ese tema, acabaría obsesionándose y el castigo lograría su propósito. Sin embargo, no sabía a qué dedicar un tiempo muerto como ése, cuando no había nada a su alrededor que siquiera le inspirara algo en lo que pensar. Entonces creyó que, si lograba dormirse, sería como si no estuviese allí y podría aguantarlo mejor. Pero era sumamente incómodo dormir en el suelo y con aquella luz que parecía atravesar sus párpados resultaba aún más difícil. Cambió de posición con frecuencia y solo conseguía ponerse más nervioso. Se volvió a sentar y permaneció con los ojos cerrados. Entonces, la mejor idea que pasó por su cabeza fue que, ya que aquel lugar era tan absolutamente blanco,  a lo mejor era posible que le resultase muy fácil dejar la mente también en blanco, con lo que la sensación de agobio disminuiría un poco. Y, curiosamente, dio resultado. Él nunca había conseguido sacar los beneficios de la meditación, a pesar de que se lo habían recomendado algunas amistades y que lo había intentado varias veces sin lograrlo. Alguien le dijo en una ocasión que la gente que tenía una mente muy inclinada a las matemáticas encontraba más dificultades para aquella práctica, aunque a él le había parecido una tontería, pero tenía que reconocer que en su caso podía tener algo de razón. Pasó de aquella manera varias horas, pero llegó un momento en que llegó a perder el sentido del paso del tiempo. Entonces, empezó a tener visiones, o sueños, era difícil distinguir de qué se trataba en aquel lugar. Primero vio a Niilja, que se reía de él sin emitir sonidos, al verlo en esa situación. Él no se rebajó a decir nada, aunque pensó que ella no tendría que reírse tanto, con la humillación que la esperaba. A su lado apareció Ofjaei, que también se rio de él y cogió a Niilja por la cintura y se besaron de manera muy lúbrica. Él se dijo que solo era una manera de provocarlo, queriendo hacerle daño sintiéndose un cornudo. Pero no lograrían hacerle mella, porque él ya no estaba casado con Niilja y, de hecho, ya no sentía nada por ella. Desaparecieron y todo volvió al vacío anterior. Un tiempo después vio a Akheio, con la cabeza abierta y sangrando abundantemente. Supo que venía con intención de desnudarlo y violarlo porque no había podido llegar a hacerlo en vida. Pero Kare sabía que no tenía nada que temer: aquel hombre estaba bien muerto y él mismo lo había enterrado con sus propias manos. A pesar de todo, tenía que hacer un gran esfuerzo intelectual para conseguir apartar el miedo. Aquello no duró demasiado; era demasiado increíble para su mente racional. Más tarde, después de otro lapso en blanco, de las amenazas se pasó a otro tipo de sensaciones. Aparecieron Kalima y Siluna con muy poca ropa, acariciándose y besándose mientras le sonreían y lo invitaban a unirse a ellas. No les hizo caso, aunque resultaba bastante excitante para él. Y, de pronto, se convirtieron en las “diosas” Hiira, Azëna y Freditt, que también lo llamaban sin voz para que sintiese cómo era la unión de un mortal, como él, con una diosa, o tres en este caso. También se dijo que no era posible que eso ocurriera de verdad y que, en el fondo, aquellos seres solo eran IA que jugaban con su mente y que no tenían una realidad material. También desaparecieron, mirándolo con desprecio por el desaire, y estuvo un largo rato sin ver nada más. Pero luego llegó algo que sí consiguió que reaccionara: vio a Kanja y Werimu llorando. No sabía cuál sería el motivo, pero lo hacían con tal desconsuelo que le rompía el alma. Quería acercarse a ellas y abrazarlas, consolarlas de lo que fuera que las apenase, pero no podía moverse. También quiso gritar, decirles que no pasaba nada, que todo se arreglaría, pero no lograba que la voz le saliera. Entonces, se despertó sobresaltado, solo había sido un sueño. Seguía encerrado en aquel lugar tan vacío y sin saber cuánto tiempo había pasado ni cuánto más tendría que pasar antes de poder salir de allí, si es que alguna vez lo lograba. ¿Cuánto tiempo más transcurrió en aquel vacío antes de que sucediera algo distinto? No era posible saberlo. Entonces, saliendo de la nada, apareció Lashkii ante él. Kare no le hizo demasiado caso, pero aquel hombre solo estaba en pie delante de él contemplándolo con una sonrisa irónica y sin hacer nada.

–¿Ahora tú? ¿Qué haces aquí? –dijo Kare, sorprendiéndose de que en esta ocasión la voz sí sonase.

–Vaya recibimiento a un amigo que solo quiere ayudarte… –contestó Lashkii sonriendo.

–Venga, vete ya, solo eres parte de otro sueño.

–¿Y qué pinto yo en un sueño? Si fuera alguien por quien sintieses temor, o lascivia, o amor, sería comprensible, pero ¿qué sentimiento intenso te puedo causar yo para que sueñes conmigo?

–Desde luego, te dejo que escojas lo que quieras menos la lascivia. Eres un tío muy feo…

  Laskhii se rio de esa manera tan peculiar que tenía. Luego, le tendió una mano para ayudarle a levantarse del suelo. Kare, al principio, se resistió a intentar coger aquella mano, pensando que, cuando fuera a hacerlo, solo encontraría el vacío, pero aquel tipo no cambiaba de actitud, seguía pacientemente esperando a que él se decidiese. Por fin, cogió la mano y se vio impulsado fuertemente hacia arriba hasta quedar en pie. La reducida gravedad de la Luna, ayudó a que el otro no hiciera un gran esfuerzo.

–¿Es que estás aquí de verdad? –exclamó Kare muy sorprendido.

–Eso depende de si quieres creer que yo sea real o no –dijo el hombre, riendo–. Según parece, el hecho de que percibas algo por cualquiera de tus sentidos no es una prueba real de la existencia objetiva.

–¿Cómo sabes eso? –Kare  no salía de su asombro.

–Podría ser que solo fuera un producto de tu mente y por eso estoy enterado de lo que has experimentado, o lo que piensas y sientes. Pero hay una posibilidad, que probablemente no creas, de que yo sea real y me haya infiltrado en las IA y haya obtenido toda esa información. Tú eliges lo que quieras pensar.

  Kare reflexionó largamente sobre el tema y volvió a tener una de esas ideas sin demasiado sentido, pero con las que solía acertar.

–Creo que ya sé quién eres realmente… –dijo, ante la mirada perpleja del otro.

–Soy Lashkii, me conoces, hemos hablado en algunas ocasiones, ¿no?

–Buen intento…, Züs, ¿no?

  El hombre volvió a reírse con ganas.

–¿De dónde sacas esas ideas tan extraordinarias?

–Realmente no lo sé, pero estoy en lo cierto, ¿verdad?

–Eres realmente increíble, amigo mío. Nunca me he encontrado con nadie que fuera capaz de averiguar mi verdadera identidad. Salvo las otras IA, claro. ¿Cómo me has descubierto?

–Siempre estás en los sitios más insospechados, burlas todos los dispositivos de seguridad, siempre estás enterado de todo, me dices que si eres real depende de lo que yo crea sobre la objetividad de tu existencia y, en la conversación con Hiira, ella me dijo que me odiaba porque hablaba como tú. No podía fallar.

–Es verdad, Hiira no me tiene mucho aprecio.

–Pero yo pensé que medirías dos metros y medio, tendrías barbas largas e irías por ahí metiendo rayos por el culo… ¹⁰

–Las barbas me las podrías prestar tú ahora mismo. Pareces un náufrago.

  Kare se frotó la larga y enredada barba, pensando que le vendría bien un aparato de ésos que eliminaban el pelo sin esfuerzo.

–La verdad es que ir por ahí de tipo inocuo es el mejor disfraz de todos–continuó Züs–. Pero, si lo prefieres, me visto de la forma que me has descrito…

–Déjalo, me darías mucho miedo.

–Está bien, basta de bromas. Tenemos que salir de aquí. Pero, antes de irnos, ¿deseas que nos llevemos a tu querida pelirroja? Puedo arreglarlo si quieres.

–Me rompe el alma decir esto, pero creo que cada uno pertenece a su mundo y no sería bueno que alterásemos el orden de las cosas solo por pretender un beneficio personal. Déjala que se quede y vea cumplido su sueño. Ya se olvidará de mí.

–Y tú, ¿te olvidarás de ella?

–¿Quién sabe? Ahora mismo te aseguraría que no, pero no sé lo que puede depararme el futuro.

–O el pasado, ¿no?

–Vas a devolverme a mi época, ¿no?

–Con esa intuición infalible no puedes fallar.

10.  Hace referencia a una escena de la película “Jungla de cristal. La venganza” (1995)

When they were left alone Hiira watched at him quietly longer than was necessary for him to feel at ease. Would she really be peering into him, into his mind? Would the inhibitor work with such a being? He had been through too many incredible things since that whole thing started, but it just kept getting more and more unreal. He feared for his mental health that seemed to be deteriorating by leaps and bounds.

“Well, what are we going to do with you?” Hiira said finally. “On the one hand you've been stubborn, hindering our efforts; for that alone I could leave you locked up for good, or plan an exemplary punishment.”

Kare swallowed, expecting any reaction from that volatile woman who apparently was so powerful.

“But on the other hand,” she continued after a pause, “you’re lucky that I can see further than anyone and I realized the subtle help you gave Kanja. Did you do it only out of love for her, to punish the oversized ego of that other Ancient, Ofjaei, or because you were really willing to collaborate? Your mind is quite difficult to scrutinize, and not because of that stupid invention of the inhibitor which works with others, but not with me. No, you’re difficult to understand because your mind’s structure is too convoluted a labyrinth. I got to think that this was a characteristic of all the Ancients, with whom, until recently, I hadn’t had the opportunity to interact. But Ofjaei has an easily interpretable mind and those of the other locked up guys were also easy to understand. It’s true that the Ancients think quite differently than the humans of the current time, but in the end the basic motivations are the same as those of my little guys from now.”

Where did she want to get to with that monologue? Was she talking to him, or was she only thinking out loud? Kare believed that it was best to be patient and see where that ended. But a crazy idea was growing inside him, because of the context and by some small details that she was blurting out.

“But you’re difficult, unruly and insubordinate, stubborn, elusive… I’d finish with you without hesitation if you weren’t also so interesting. You have a strong concept of fidelity, something that pleases me above any other characteristics of humans; you’re capable of sacrificing yourself, even beyond than you can bear, if you’re convinced that you can help someone you appreciate. And you’re incredibly intuitive too, even if you have no real evidence that you’re on the right track.”
“Speaking of real evidence…, you aren’t real, are you?” Said Kare carelessly.
“What do you mean I’m not real?” Hiira was very surprised at the interruption. “Can’t you see and hear me? Do you want to touch, smell… taste me to convince you?”
“I’m not going to do any of those things. First because it isn’t in my best interest to do so, and second, it wouldn’t be a real proof of your reality it either.””
“I was telling that you’re intuitive even without evidence and you’ve just confirmed that you have some instinct, but you’re wrong in the basics.”
“But you’re neither human, nor a robot, are you? What I perceive of you is only in my mind.”
“And because of that I’m less real? What do you understand by reality?”
“Something really objective.”
“And what’s perceived by your senses and the senses of any other human isn’t objective? I’ve offered you to complete the range of feelings that may give you complete information about me and you didn’t want to. But what you’d find would be so consistent with the rest of the senses, that you wouldn’t be able to separate them. I’d say that’s objective, right?”
“Even if my senses are deceived, it doesn’t mean that you’re made of matter like the one that I’m made of. You’re an AI that manipulates everyone’s minds, the one that deceives all humans and makes them live a fairy tale while they wallow in filth.”
“How are you so daring? You say you know nothing of this world and dare to criticize how it’s run.”
“This society is in such a decline that I don’t predict a very long life for it. It’ll end up collapsing if you don’t stop this immediately.”
“And you, do you think you’re better at running it?”
“No, I wouldn’t have the slightest capacity for it. I’m just saying that, the way you go, this is going to sink hopelessly.”
“Let’s see, enlighten me, wise man.” Said Hiira mockingly. “What have you deduced from your short experience here? I find it incredible to hear what you say, when you come from a time that almost ended with the destruction of all the planet and the life on it.”
“The situation in my era may have been much worse than now, but that doesn’t mean that I can’t be able to see the defects in all this setup. In my time I also realized that everything was going wrong, but it was impossible to stop it. Now you might still have hope.”
“You don’t understand anything. Do you know why we want so much the time machine without any limitations?”
“I don’t know, but that’s one of the worst ideas you could have.”
“We want it because we have deficiencies in the maintenance of infrastructures, and genius is scarce this days. If we could go back in time unlimitedly, we could bring the best minds and hands in History and build an ideal world. The best engineers and scientists from what you call the 24th century. The best theorists from the 20th and 21st, the best artists, musicians, philosophers from every age, could become immortal Chosen Ones now and create a paradise better than anything ever imagined.”
“That wouldn’t work; moreover, it would end perpetuating degradation. That’s why I don’t want to collaborate with you. It’s also a serious mistake to deprive the past times of the best minds because all subsequent History would be altered; even this era might never exist. You’re risking self-destruction.”
“You don’t understand it. The idea is to bring all the best ones only when the stage in their own era is over and bring them right at the end of their conventional lives, make them rejuvenate and start over with all their abilities renewed. Nobody loses anything.”
“And in the meantime you deceive those present, making them see what isn’t here. What you propose isn’t the solution. You’re stealing them the struggling spirit and with your plan you’ll only make that spirit to fade more and more. If I’m going to fall I don’t always need you to stop me. Help me to get up again and heal me if needed, but let me face suffering and mistakes. The way you behave you steal them their hope.”
“And where do you put Hope?”
“Hope is in the Bastards. They’re the only ones who could preserve the desire to build something new, something different, if you don’t interfere in them; but even so, you alter their senses so that they don’t suffer with all the misery that surrounds them.”
“You’re very cruel. You can’t wish them to suffer when their pains can be softened so easily.”
“That`s the worst mistake of all. If they don’t see the garbage and the rats around them, they won’t clean anything up and they’ll continue to wallow in the shit. Wake them up, little by little if you want, so that they don’t get a very strong impression; but you have to let them rise on their own.”
“But when we AIs were created it was with the aim of taking care of the humans. It’s our ultimate goal. Without that goal our existence makes no sense.”
“You can guide them, letting them the final choice and allowing them to make mistakes, so that they learn. This excess of care is suffocating the spirit of those who you pretend to take care for.”

Hiira kept silent for a while, as if she was evaluating those concepts so different from what was established.

“And there’s more.” Kare went on. “I don’t understand this madness of dividing the society into castes and passing you off as gods. Wasn’t the essence of the New Light Era supposed to be to get rid of religions because they were largely to blame for so much war and suffering?”
“When we read into the human mind we realize that they’re comfortable being protected and directed. They need gods to control them, just as children need the reference of the parents. But we also realized that the most dangerous religions were the monotheistic ones. With gods like the Greek ones of the ‘antiquity of Antiquity’, as you would say, humans feel watched and protected, but they fear us too; and now they wouldn’t kill each other because of us. They see that we aren’t omnipotent, that we have our faults and weaknesses and they don’t feel overwhelmed by the infinity of the power of one only god.

»And the caste system is important to make humans strive to reach the top class and have the goal of being virtually immortal.”
“But immortality isn’t desirable either, it’s absolutely unstable in the long run.”
“It’s stable if we impose some rules that strictly control the population growth. That’s why we encourage homosexuality and pursue deviations so that the world of the immortals doesn’t get out of control. If someone prefers heterosexual tendencies, they can do it as Citizens and if they commit serious faults they’re expelled to the world of Bastards.”
“There’s something else I can’t understand… I’ve seen children in Lïmpa, wandering around. Where did you get them? Do you allow some of the Chosen Ones procreate, contrary to what you’ve told me? Do you select young Aspirants to grow up here? Or do you take them from the Citizens? To me nothing adds up.”
“The children…” Hiira said sighing and with a dreamy smile. “What kind of society could endure eternity without children to brighten its days? Children are adorable and are necessary for stability and happiness.”
“Yes, but where do they come from?”
“They’re created that way. They’re always in that state and don’t alter the population balance.”

Kare threw his hands to his head in horror.

“What?” He screamed. “You’ve created monsters! Now that’s a real aberration! How did you dare to make such a nonsense?”
“What are you talking about?” Hiira was starting to get annoyed. “What’s wrong with it?”
“They’re undeveloped beings, created on purpose for the enjoyment of others. Don’t you understand that they should have equal rights to others?”
“They’re happy as they are, you just have to see them.”
“Not everything is about happiness. They‘re like pets, or like the slaves of ancient times, who were said to have no soul and could be treated at will without regard to their feelings.”
“But we do take care of their feelings!” The volume of the discussion was beginning to rise dangerously and that wasn’t convenient for the mortal.
“Because you’ve made retarded who aren’t aware of the monstrosity they represent. They don’t know that they'll never develop, and they don’t have hope for the future because they ignore that if they were normal they’d be able to find a meaning to their existence.”
“Why that obsession with hope? I believe that the ultimate goal must be the pursuit of happiness.”
“That’s a great mistake. Happiness can’t be fully achieved without hope. And someone may get tired and bored of happiness but never of hope.”
“And what social model would you propose, since you have everything so clear?”
“A genuinely egalitarian society is preferable, such as the one sought in some moments of Antiquity, or the one that I understand was sought in the first moments of the New Light Era.”
“You’re unbearable!” Yelled Hiira. “You speak just like that damn Züs! I’ve had enough of you. You’ll remain confined until you reflect on all this and we’ll decide what to do definitively with you. And now, get out of my sight before I destroy you!”

***

Considering Kare’s impressions of his survival before that debate with the ‘goddesses’ he felt that he had come out quite well after all. When he went through the last door, he met Kanja, who was waiting for him. She could not resist and hugged him tightly. Kare noticed she was trembling slightly and he wanted to probe her mood with the inhibitor, but he found it did not work anymore. Hiira must have blown it out, eliminated it. In a way, he was relieved; he did not quite feel good knowing the intimacies of the minds of others, although now he might be in danger of becoming transparent to those who could read inside him. However, he reflected it did not matter too much anymore. Even Hiira herself, who said she was able to bypass inhibitors, had recognized that Kare’s mind was very difficult to fathom.

“I was very afraid about what might happen to you.” Said Kanja. “What have you done that I’ve been ordered to take you to a total isolation room?”
“I had certain disagreements with Hiira.” Kare said shrugging. “Nothing serious I guess.”
“Are you crazy? Don’t you know what you’re up against?”
“After all things I’ve been through, I guess it won’t be worse than facing Niilja again. Though I should shut up not to give them suggestions.”
“Poor Niilja,” Kanja said sadly, “she’s going to have a hard time from now on. Why couldn’t you two get along? It hurts me when you’re at each other’s throat, because I love you both so much that you hurt me with your mutual hatred.”

Kare felt like telling her about all the tortures Niilja had subjected him to, so that she would realize that her girlfriend was really a monster, but he realized that this would only make Kanja suffer more, so he decided to keep silent about it.

“I have to beg your pardon.” Kanja continued as they walked to Kare’s place of punishment. “Now I realize that I should never have brought you to this time. I’ve only caused you harm for my selfishness in wanting to become a Chosen One. Now that I’ve achieved it I can’t feel happy because you and Niilja will suffer because of me.”
“You don’t have to blame yourself. In my case I left you almost no choice and my punishment has been exclusively for my pig-headedness. And regarding Niilja, I don’t want to make you sad but, sooner or later she was bound to have something like what she’s got now.”
“But there’s something that I do need you to forgive me, though I don’t deserve it. I should never have kicked you out of my home. I’m so sorry to hurt you so much and even more so when I was the one who was arousing you for you to do what you did.”
“Forget it, it doesn’t matter anymore. I don't hold a grudge against you for that. It’s true that initially I didn’t understand it and I was somewhat resentful, but for me your happiness is above my own well-being. And besides I lived an incredible experience that opened my mind, along with Werimu and the bastards.”
“Do you love her?” Asked Kanja somewhat confused.
“A lot.”
“More than me?”

Kare laughed at the apparent misunderstanding.

“It isn’t what you think. I love her because she’s an incredibly good, noble and caring person. And she’s shown me an unconditional affection, in exchange for nothing, which isn’t usually frequent.”
“And she’s very pretty, even though she’s quite older than me.”
“Yes, she is. But I’ve already told you once that I only have eyes for you.”

He noticed how Kanja blushed, which was very rare in her.

“I have a question about what happened just a while ago.” She said. “Did you manipulate my mind to make me discover the failure in the proof?”
“How could I’ve done it?”
“You know how. We’re all sure that you carry, or were carrying, an inhibitor… and a very good one.”
“All right, you got me.” He acknowledged. “At first I only stimulated your curiosity and then, in such a long proof, I only pointed you towards the fourth theorem. But the rest you did all by yourself.”
“Really?” Kanja said with a touch of pride. “Aren’t you saying it just to make me feel good?”
“I mean it! I wouldn’t have dared to push you too far in the presence of Azëna. My head might have disappeared from the top of my shoulders.”

They arrived to an elevator and, from to the time it took them to get out, Kare deduced that they must have gone down quite deep. He noticed Kanja’s absent gaze, mulling over all the situation, so unpleasant for her. They followed through a labyrinth of corridors, from which he reflected it would be impossible for him to find a way out, in the hypothetic and unlikely event that he managed to escape from his confinement. Finally they stopped and an access was opened to a void small room with that white lighting of which he was somewhat tired. Kare noticed that Kanja’s eyes were filling with tears.

“You can still put an end to all this.” She said. “Why don’t we develop the layout of the machine together? I’m sure that they’d allow you to become a Chosen One. We’d be immortal, we’d be together and we might even be allowed to live together and even have heterosexual relations if one of us gets sterilized.”
“Do you know that they already made me the same proposal a while ago?”
“And you’ve rejected it? Why? Is it that you don’t love me?”
“That proposal was very tempting, but it had small print and was very risky. But, now that I think about it…” He said changing the subject. “When you receive the immortality treatment, will you reach more than seven feet high?”
“Is that all you’re worried about?” She yelled at him. “I want to spend my life with you and you only come up with nonsense!”
“We could be together if I managed to escape and you came with me to other time, where they wouldn’t find us, and we’d grow old together. If you don’t like my time, we could hide in the 24th, where you could have the comforts you’re used to and we’d live in a time that I think must have been very interesting. But I can’t stay here. This world is dying and isn’t good for us.”
“But I’ve struggled so much to become immortal.” Kanja said in the verge of tears. “I don’t want to die… ever.”
“Nothing’s forever, my dear; even if you were able to live a thousand years, or a million, at some time you’d have to disappear. And if you aren´t ready to take it on, when the time comes, you’ll feel like you haven’t had enough time to live.”

They hugged each other tightly and, as a farewell, they kissed each other on the lips. Then she left the room and Kare was definitely alone.

***

The stay in that empty room was really uncomfortable. It had no furniture, no noise could be heard, producing a painful silence; there was nothing that stood out from anything else, only smooth white surfaces and that white light that flooded everything evenly. He decided to sit on the floor and wait, but that seemed to be quite uncomfortable if it lasted too long. He began to fear that Kanja was right and it turned out to be a torture-like experience. It would not be like the one he suffered from Niilja, but this one was psychological, and could be even worse. But he decided that if he brooded too much over it, he would end up obsessing and the punishment would achieve its purpose. However, he did not know what to do with that downtime, when there was nothing around him that even inspired him something to think about. Then, he believed that if he managed to fall asleep, it would be as if he was not there and he could bear it better. But it was extremely uncomfortable to sleep on the floor and with that light that seemed to pass through his eyelids, it was even more difficult. He changed position frequently and only managed to get more nervous. He sat down again but kept his eyes closed. Then the best idea that crossed his mind was that, since the place was so completely white, maybe it would be very easy for him to empty his mind, so the oppressing feeling would lessen a little. And, oddly enough, it worked. He had never able to reap the benefits of meditation, even though it had been recommended to him by some friends and that he had tried several times without success. Someone once told him that the people who had a very inclined mind to mathematics, found it more difficult to do this practice, although it had seemed silly to him, but he had to admit that perhaps in his case there may be some true in it. He spent several hours that way, but in some moment he lost the track of the passage of time. Then he began to have visions, or dreams, it was difficult to distinguish what it was about in that place. First he saw Niilja, who laughed at him, without making a sound, seeing him in that situation. Kare did not lower himself to say anything, although he thought she would not have to laugh so much, with the humiliation destined to her. Next to her appeared Ofjaei, who also laughed at him and took Niilja by her waist and they kissed in a very lewd way. He told himself that it was just a way to provoke him, wanting to hurt him by trying to make him feel like a cuckold. But they would not leave a mark on him because he was no longer married to Niilja and, in fact, he was not feeling anything for her anymore. They disappeared and everything returned to the previous emptiness. Some time later he saw Akheio, his broken skull and bleeding profusely. Kare knew that his intention was stripping him naked and raping him because that swine had not been able to do so while he was alive. But Kare knew he had nothing to fear: that man was dead as a doornail and had been buried by Kare himself. However, he had to make a great intellectual effort to get rid of the fear. That did not last long; it was too incredible for his rational mind. Later, after another blank period, the threats changed to other types of sensations. Kalima and Siluna appeared with very little clothes, and caressing and kissing each other while smiling at him and inviting him to join them. He ignored them, although it was quite exciting for him. And suddenly, they became the ‘goddesses’ Hiira, Azëna and Freditt, who also called him voiceless so that he could feel what it was like the union of a mortal, like him, with a goddess, or three in this case. He also told himself that it was also impossible because those beings were only AIs that played with his mind and did not have a material existence. They disappeared as well, looking at him contemptuously for the snub and he saw nothing else for a long time. But then came something that did get him to react: he saw Kanja and Werimu crying. He did not know the reason, but they did it with such distress that it crushed his soul. He wanted to get close and hug them to comfort them from whatever it was that made them feel sad, but he was not able to move. He also wanted to shout, tell them that nothing was wrong, that everything would be all right, but his voice did not make a sound. Then he woke up startled: it had only been a dream. He was still locked in that empty place and not knowing how long it had been so far or how longer he would have to stay there before he could get out of there, if he ever did. How much longer did it take in that emptiness before something different happened? It was impossible to know. Then, out of nowhere, Lashkii appeared before him. Kare did not pay much attention to him, but the man was just standing there, looking at him with a mocking smile and doing nothing.

“Now you? What are you doing here?” Said Kare, surprised that this time his voice did sound.
“What a welcome to a friend who only wants to help you…” Lashkii answered smiling.
“Come on! Go now! You’re just part of another dream.”
“What would I do in a dream of yours? If I were someone for whom you felt fear, or lust or love, it would be understandable, but what intense feeling can I cause you to dream of me?”
“Of course, I let you choose what you want but lust. You’re a very ugly guy…”

Lashkii laughed in that peculiar way of his. Then he extended a hand to help Kare to stand up. At first Kare was reluctant to take that hand, thinking that when he did it, he would only find emptiness, but that guy did not change his attitude, still waiting patiently for Kare to make up his mind. At last Kare took the hand and was propelled hard upwards to his feet. The reduced gravity of the Moon helped Lashkii to do it without much effort.

“Are you really here?” Kare exclaimed very surprised.
“That depends on whether you want to believe that I’m real or not.” Said the man laughing. “Apparently, the fact that you perceive something through any of your senses isn’t a proof of objective existence.”
“How do you know that?” Kare was astonished.
“I might be just a product of your mind and that’s why I’m aware of your previous experiences or what you think and feel. But there’s a possibility, which you probably don’t believe, that I’m real and I’ve infiltrated the AIs and I got all that information. You choose what you want to believe.”

Kare reflected for a while on the subject and again had one of those ideas without much sense, but with which he was usually right.

“I think I know who you really are…” He said to the perplexed gaze of the man.
“I’m Lashkii, you know me. We’ve talked on a few occasions, right?”
“Nice try…, Züs, aren’t you?”

The man laughed heartily again.

“Where do you get such extraordinary ideas?”
“I really don’t know, but I’m right, am I not?”
“You’re really amazing, my friend. I’ve never met before anyone who was able to find out my true identity. Except for the other AIs, of course. How did you find it out?”
“You’re always in the most unexpected places, you circumvent all the security systems, you’re always aware of everything, you tell me that your reality depends on what I believe about the objectivity of your existence and in the conversation with Hiira she told me that she hated me because I spoke like you. I couldn’t fail.”
"That's true. Hiira doesn't appreciate me much."
"But I thought you'd be eight feet high, you'd have a long beard and you'd go around shoving people lightning bolts up their asses¹¹."
“You can lend me your beard right now. You look like a castaway.”

Kare stroked one hand though his long and scruffy beard, thinking he would appreciate one of those devices to remove the hair effortless.

“To say the true, the best disguise is that of an inoffensive guy.” Züs went on. ”But if you like it, I can dress the way you just described.”
“Forget it. I’d be really scared.”
“All right, let`s stop kidding. We gotta get out of here. But before we leave, do you want us to take your dear redhead with us? I can arrange it if you want.”
“It breaks my soul to say this, but I think that each belongs to their own world and it wouldn’t be a good thing to alter the order of things just for the sake of a personal benefit. Let her stay and see her dream come true. She’ll eventually forget about me.”
“And you? Will you forget about her?”
“Who knows? Right now I would assure you not, but I don’t know what the future may hold for me.”
“Or the past, right?”
“You’re going to take me back to my time, aren’t you?”
“With that infallible intuition you can’t fail.”

11.  It refers to a scene from the movie “Die Hard with a Vengeance” (1995).